miércoles, 12 de noviembre de 2008

Auschwitz y el arte (Ana Rocío)

Hola! En esta vez me gustaría platicarles sobre una lectura que se llama Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz de José Antonio Zamora.
La Segunda Guerra Mundial se caracterizó por ser la primera vez en que la matanza de seres humanos se hizo a modo de empresa. Constituía una organización y administración jamás antes vista. Era la primera vez en que el mundo veía del asesinato una institucionalización. Auschwitz fue el principal campo de concentración, cámaras de gases dieron muerte a miles de personas.
Artísticamente la representación del dolor nos sitúa en una doble moral. Por una parte es depositar en la obra todos aquellos sentimientos que cotidianamente no se pueden entender, pero por otro lado, al espectador le causa un sentimiento de dolor por el sufrimiento ajeno, al mismo tiempo que vive una sensación de placer al saber que no fue él quién estuvo en contacto directo con el horror.
En tiempos de la pos-guerra, se mantuvo la prohibición de la representación de los horrores vividos. Los hombres reaccionaron de modo distinto llevados por "el imperativo moral de no permitir el olvido del sufrimiento real y la transfiguración del horror por el principio estético de estilización termina arrancando un sentimiento a aquello que se resiste a toda afirmación del mismo."1 En el arte contemporáneo qse intenta romper con la referencia de lo real del objeto, así como sus dificultades. Esto quiere decir que el autor intenta hacer más tangible su obra. 
Sin embargo, la lectura plantea los casos de autores que vivieron en el holocausto y que fueron víctimas de horrores sufridos, cuyas experiencias jamás podrán llegar a la comprensión del otro. Porqué en el momento que catalogamos a un autor como "vícitma del holocausto" estámos haciendo una distinción entre él (el otro) y nosotros. "¿Es la identificación con las víctimas la actitud correcta o más bien conduce a una satisfacción del interlocutor por medio de la proyección de sí mismo?"2 Kant mencionaba que "la singularidad de lo sublime está en la confrontación perceptiva con datos o acontecimientos que, en su totalidad abrumadora, no pueden ser contemplados como un todo con sentido."3 Es la sublimidad de una obra su propia incomprensibilidad, lo único que nos queda como espectadores es tratar de acercarnos a la obra pero jamás lograremos comprenderla.
Los cineastas intentan representar lo irrepresentable, las vivencias de las víctimas. Es el cine aquél que más se acerca a representarlo, por que consta de elementos externos que le ayudan a escenificar por medio de juegos de color, música de fondo y fotografía. Sin embargo ellos plantean que cuando el individuo que ha vivido en un campo de concentración "vuelve a la normalidad" es cuando por fin alcanza la paz. Yo pienso que es totalmente lo contrario, es cuando vuelve a la normalidad que viene la crisis existencial, surgen preguntas sobre la vida, el constante recuerdo de un horror y la misma sociedad que no permite que se olvide, pues muy seguido intentamos representarlo en el arte. Es un arma de doble filo, ¿recordarlo o no?


Bibliografía.
Zamora, José Antonio. "Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz" en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Río Piedra, 277-300 pp. 

1.- José Antonio Zamora, "Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz" en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Río Piedra, p. 282. 
2.- Ibidem, p. 293. 
3.- Ibidem, p. 285. 

Ana Rocío Hernández Santes

1 comentario:

Priscilla H. H. dijo...

Muy interesante, la duda que surge es cuándo se vuelve a la normalidad, o de otra forma, ¿qué sería la normalidad después de vivir algo así?