miércoles, 5 de noviembre de 2008

Octavio Augusto, el arquitecto del Imperio Romano.


[…]Cuando entraron sus amigos les dijo: “¿os parece que he representado bien esta farsa de la vida? Y añadió en griego la cláusula con que terminan las comedias: si estáis contentos, / batid palmas y aplaudid al autor. […].
Suetonio

Se cree que Suetonio Cayo nació en el año 70 d.C., durante el gobierno de Vespasiano y murió entre el 130 y 140 d.C., este hombre fue uno de los grandes historiadores romanos.

Suetonio en su libro “Los doce Césares” hace una biografía del primer Imperator Octavio Augusto en la que comienza con el genos (antepasados) del personaje, dando después una semblanza de su infancia y juventud, seguida de datos que realzan su personalidad, forma de vida y carácter, para finalizar con su muerte.

Suetonio trabó amistad con Plinio el joven, quien lo recomendó al emperador Trajano, siendo así que comenzó a trabajar en la burocracia Imperial durante el gobierno de Adriano, trabajó en la dirección de los archivos imperiales lo que le permitió habituarse con fuentes de primera mano para la escritura de esta obra.

Este ejemplar, da un bosquejo de lo importante que era para los romanos Octavio Augusto, pues parece ser que para la época en que Suetonio escribe, la Idea de Imperio como forma de gobierno es reconocida por el pueblo Romano; y Octavio era enaltecido como Dios, “El titulo de padre de la patria se le confirió por consentimiento unánime e inesperado; en primer lugar por el pueblo, que a este efecto le mandó una diputación a Antium y que, a pesar de su negativa se lo dió por segunda vez en Roma…”[1] pues era quien había traído la paz a Roma.

La situación política de Roma en el espacio de Suetonio era similar a la que él describe en la biografía de Octavio Augusto, durante el Imperio había nacido un orgullo nacionalista, ese amor por la cultura y la política Romana que Suetonio aclama, detallando las guerras y el proceder político del emperador.

La arquitectura conmemorativa del tiempo de Trajano nos da una noción del poderío de la Roma Imperial, que en cada monumento y edificio inmortalizaba sus grandes victorias.

En el contexto social de Suetonio se encuentra la esclavitud en demasía lo que provocaba en cierto aspecto la decadencia de la familia, y en sí de la sociedad Romana, esto es enfatizado en la biografía de Octavio, la prueba está en que Suetonio habla del destierro de su hija y su nieta por estar manchadas de infamias […] pero la desgracia destruyó la confianza y alegría que Inspiraban una familia numerosa y educada con esmero. Viose obligado a desterrar a las dos Julias su hija y su nieta […][2] el adulterio fue penado por Augusto; […] Augusto, cien años atrás, había intentado castigar con rigor los amores adúlteros […] [3] sin embargo durante los dos primeros siglos de nuestra era, a pesar de las leyes Augustianas se produce una epidemia de separaciones debido al adulterio.

Cabe mencionar que Suetonio no enaltece ni condena al Imperio, simplemente plantea la idea de una forma de gobierno ya bien aceptada por los hombres .A lo largo de la biografía Suetonio relata varios chismes a los que tuvo acceso pero nunca da una crítica hacia o para el imperio.

Al ser Suetonio el último de los escritores de la edad de Plata Romana se advierte su influencia en poetas griegos y latinos, intentando utilizar en sus historias la gramática y la retórica correspondientes, pero huyendo de los temas de juicio como los que utiliza Tácito o propaganda para el Imperio como los que emplea Virgilio en la Eneida. “Este es aquél de quien una y otra vez habéis oído la promesa de la profecía César Augusto, hijo de un Dios. Él fundará otra vez una Edad de Oro en la tierra.”[4]

En conclusión se puede decir que Suetonio siguió formas canónicas de escritura, pero reformó la literatura latina pues encadena datos de la vida privada de los césares junto con sus políticas y maneras de gobernar, dando así la perfecta combinación para una escritura histórica sublime.

[1] Suetonio, La Vida de los doce Césares. P.91 México : SEP/Cultura, 1985
[2] Suetonio, La Vida de los doce Césares. P.93 México : SEP/Cultura, 1985
[3] Jerome Carcopino, La vida cotidiana en Roma, en el Apogeo del Imperio. P 130 España, 1989.
[4] Virgilio, La Eneida

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