miércoles, 29 de octubre de 2008

El retorno del pasado.

Esta semana, en base de las entredas que han realizado mis compañeros sobre michel DeCerteau, me gustaria presentar un analisis que realicé en los primeros semestres de la carrera, aunque solo lo tome como base para escribir esta entrada.

Ya que la historia es algo que ya sucedio, es una perdida, esta ausente, es algo que no podremos recuperar exactamente como fue, por eso le podríamos llamar un acto de duelo a la historia, “Es esta ausencia la que constituye el discurso histórico. La muerte del otro lo pone fuera de nuestro alcance y, por eso mismo, define el estatus de la historiografía, es decir, el texto histórico”[1].

Este pasado, que ya no es recuperable exactamente como fue, siempre regresa a nosotros, pero no regresa de la misma manera, regresa de otra forma. Podríamos comparar esta idea, a la forma en la que trabaja el psicoanálisis, un trauma regresa desde el inconsciente a lo conciente, pero al regresar, es diferente a como fue.

El pasado siempre regresa a nosotros en la forma de una diferencia, y esto será lo mas cerca que lleguemos a la "verdad", por lo que la historia se convierte en el deseo de una ausencia, lo que deseamos estudiar siempre va a estar ausente, por lo que a la escritura de la historia le podríamos llamar un acto de duelo. En mi opinión, las partes que nos regresen como diferencia, aunque no son suficientes para calmar este deseo, nos ayudan a superar la perdida del pasado, a sustituirlo, pero solo por un tiempo, ya que los seres humanos siempre viviremos deseando, nunca terminaremos de tratar de complacer nuestro nuevos deseos. “La resurrección del pasado consiste en hacerlo como lo deseamos”[2].

El pasado ya no puede cambiar, siempre será igual, lo que cambia es el estudio de el, dependiendo quien lo estudie y cuando lo estudie como se llegara a un retorno del pasado cada vez diferente al anterior, podríamos hasta pensar que si por ejemplo yo estudio una situación en el pasado el día de hoy, la diferencia me llegara de otra manera a si la estudio dentro de una semana, nosotros nos vamos moviendo y vamos cambiando, “¡No es que haya cambiado ese antiguo mundo pasado¡ ese mundo ya no se mueve. Nosotros lo movemos. Cambia, si se quiere ver así, pero yo cambio mi manera de verlo”[3].

Ya que el pasado no nos regresa tal y como fue, lo que el historiador produce al escribir un libro de historia es una diferencia, no es el pasado mismo sino una diferencia entre el presente y el pasado, creo que lo que hacemos es una comparación entre nosotros y el otro, y así adquirimos la diferencia
[1]Michel de Certeau. “Historio y estructura”, en Historia y Psicoanálisis, p. 102
[2] Idem.
[3] Idem.

No hay comentarios: