
¡Hola a todos! Esta semana les comparto algo que leí en Historia y Psicoanálisis dondeDe Certeau sostiene que la Historia es una erótica del duelo por que el pasado es irrecuperable para los historiadores, es el deseo de algo ausente.
Para Freud al momento de tener una pérdida se pasa por un trabajo de duelo que es superado cuando el objeto perdido tiene una sustitución, en el caso de la Historia, la escritura puede ayudar a llenar ese vacío mientras que para Lacan el duelo es eterno y por lo tanto lo que queda es aprender a vivir con esa pérdida.
Para Freud al momento de tener una pérdida se pasa por un trabajo de duelo que es superado cuando el objeto perdido tiene una sustitución, en el caso de la Historia, la escritura puede ayudar a llenar ese vacío mientras que para Lacan el duelo es eterno y por lo tanto lo que queda es aprender a vivir con esa pérdida.
Entonces como historiadores vivimos en un duelo permanente ya que somos conscientes de que nuestro objeto de estudio como tal no existe, por que ese anhelado pasado es irrecuperable, es la construcción obtenida por medio de nuestro trabajo (seleccionamos las fuentes, sabiendo que ellas no constituyen ni la verdad absoluta ni lo que realmente sucedió y entonces realizamos las conexiones y nuestra propia interpretación de un acontecimiento determinado). “Hago Historia en el sentido no sólo de producir textos historiográficos, sino de llegar, por mi trabajo, a la conciencia de que algo sucedió, algo muerto hoy, inaccesible por no estar vivo”[1]
[1] De Certau, Michel. Historia y Psicoanálisis, Segundo Edición, México, UIA, 1995, pp. 104.
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