martes, 30 de septiembre de 2008

Historia o Sociología

¡Hola!

Trabjando sobre mi libro a exponer en clase y cuestionándome como éste puede figurar entre los textos de cierto valor histórico, vino a mi mente un pensamiento horrible. Era un personaje pregúntandome en el momento de mi exposición: ¿Eso qué tiene de histórico? ¿No estarás hablando más de sociología? Obviamente, solo fue la representación de los temores de mi subconsciente de haber errado la profesión.
Después encontré citas de Braudel: "sociología e historia constituyen una sola y única aventura del espíritu: ambas se reúnen, se identifican y se confunden. Esto es así, porque historia y sociología son las únicas ciencias globales capaces de extender su curiosidad a cualquier aspecto de lo social."
¿Se "confunden"?
En las enciclopedias, se asegura que la sociología " tiene por objeto de investigación los grupos sociales, sus formas internas de organización, su grado de cohesión y las relaciones entre ellos con el sistema social en general. SIN EMBARGO, hay otras ciencias sociales que también tienen por finalidad el estudio del hombre y la sociedad: la antropología, la economía, LA HISTORIA, etc."1

Con grandes dudas en mi cabeza, decidí investigar un poco las relaciones y diferencias entre la Historia y la Sociología, sólo para el bien de mi salud mental.
Hallé los comentarios de estudiosos del tema, en particular de libros de Norbert Elías, quien tiene propuestas, según mi punto de vista, interesantes.


"La labor realizada por Norbert Elias, este pensador, desde los años treinta, en torno a la imbricación entre sociología e historia anticipa un planteamiento que tomaría cuerpo en las últimas décadas del siglo XX: la insuficiencia de los ordenamientos estrictamente disciplinarios y la necesaria reconfiguración de la sociología en una novedosa recombinación transdisciplinaria, dada la exigencia de revisar críticamente su objeto de estudio y sus potencialidades explicativas a la luz de los nuevos problemas emergentes. Si bien esta imbricación se ha dado crecientemente entre la sociología y disciplinas como la ciencia política, la antropología, la psicología y el derecho, una de sus vertientes más productivas es el cruce entre sociología e historia.
Ciertamente, historiadores y sociólogos han sido vecinos intelectuales en el sentido que ambas disciplinas estudian las sociedades y las modalidades del comportamiento humano, aunque la sociología haya puesto el énfasis en las generalizaciones sobre su estructura, y la historia lo haya hecho privilegiando las diferencias entre las sociedades y los cambios producidos en cada una de ellas a lo largo del tiempo.
Si bien los padres fundadores de la sociología (Marx, Comte, Pareto y Weber, entre otros) estuvieron muy próximos a la historia, el desarrollo de cada una de las disciplinas y su profesionalización las alejó. Desde mediados del siglo XIX los historiadores consideraron a la sociología como una disciplina abstracta que no tenía en cuenta la singularidad de los individuos y los acontecimientos, en tanto que los sociólogos se fueron centrando cada vez más en el estudio del presente a expensas del pasado. Para Norbert Elias, sin embargo, las tareas de la sociología se entroncan con las de la historia. En "El proceso civilizatorio" Elias ofrece un elaborado análisis del desarrollo histórico de Europa desde la Edad Media en adelante o, dicho de otra manera, una interpretación sociológica de los procesos tanto sociales como psíquicos que han moldeado la civilización europea occidental. En este sentido, uno de los defectos más importantes de la teoría sociológica ha sido, según Elias, no tener en cuenta el largo plazo en el análisis de los procesos sociales. A su vez, este autor propone abrir la sociología a una amplia perspectiva histórica que ofrezca nuevas interpretaciones en torno a las transformaciones del comportamiento humano a largo plazo, vinculados a los cambios de la estructura social. Para Elias, el sentido de los hechos que acontecen en el presente (por ejemplo, las transformaciones tecnológicas, la expansión de los mercados, las modificaciones en las configuraciones familiares, la crisis de las instituciones de la representación política, etcétera) no existen en un vacío histórico, y sólo pueden ser entendidos si son situados en un horizonte de largo plazo. Este planteamiento eliasiano se ha traducido en el paulatino reconocimiento, por parte de la sociología, de que el estudio del presente requiere la perspectiva histórica para contextualizar su análisis. Asumir que el “largo tiempo” de la historia puede explicar el cambio social en gran escala tomando en cuenta contextos históricos específicos, y aceptar que es virtualmente imposible estudiar la estructura social y sus transformaciones sin conocer la historia de las sociedades —en tanto ésta puede asimismo arrojar luz sobre posibles cambios futuros— es un principio casi indiscutible en la reflexión sociológica."

Sí, las ciencias sociales nos necesitan. ^^

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