Aunque podamos llegar a comprobar teóricamente que no existe la distinción entre los dos tipos de relato, creo que siempre se mantendrá a un nivel práctico, ya que los pensamos de una forma separada, queremos que así sea, no importa que teóricamente argumentemos que la historia, al no referirse directamente a la realidad, es lo mismo que la ficción. Además, esta diferencia la ponemos en práctica día tras día, siempre creemos más en un relato histórico que en uno de ficción, sin importar que aceptemos que el primero no nos está otorgando la verdad, intentamos ignorar esta afirmación. Si no la ignoráramos, no tendríamos una historia pasada, dudaríamos de todo lo que conocemos, y sería muy fácil decir que nada existió, ya que sólo requeriríamos basarnos en una ficción. Si no aceptáramos a los relatos históricos como lo más cercano a la realidad, no podríamos distinguir entre una cosa y otra, por esta razón, es por la cual necesitamos esta distinción, que nos conforte y nos separe entre lo que es real y lo que no.
Como dice Mink, en el texto Narrative Form as a Cognitive Instrument, la distinción entre los dos tipos de relato es parte del sentido común: "The distinction between history and fiction is a universally shared an item in ´common sense´as any distinction in Western cultura, at least since the rise of popilar literacy. ´Everyone knows,´ as certainly as everyone knows that two bodies cannto occupy the same space at the same time, that history claims to be a true representation of the past while fiction does not, even when it purports to describe actions and events locatable in particular times and places". [1]
No importa que podamos argumentar que los dos, al ser narraciones, comparten la idea de la trama, son construidas por el escritor y por esta razón son iguales. Además, también podríamos decir, que los dos se relacionan de la misma manera con la realidad, pero tenemos que tomar en cuenta que la historia tiene una pretensión de verdad y depende de una institución para su validación.
"For our undertanding of fiction needs the contrast with history as much as our undertanding of history needs the contrast with fiction.(...) If the distinction were to disappear, fiction and history would both collapse back into myth and be indistinguishable form it as form each other". [2] Como dice Mink, todo se convertiría en mito, se pondría en duda el pasado y el concepto de verdad.
[1] Louis O. Mink, “Narrative Form as a Cognitive Instrument”, en Historical Understanding, edicion de Richard T. Vann, Bryan Fay, Eugene O. Golob, Ithaca, Cornell University Press, 1987, pp. 182-183
[2] Ibidem, p. 203.
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