miércoles, 26 de noviembre de 2008

La memoria y la narración.

Paúl Ricoeur realizo estudios sobre la memoria y la narración. La memoria es aquella que conforma el conocimiento de una sociedad, esta combate contra el olvido para de esta manera preservar el conocimiento adquirido. Para Ricoeur la memoria es una herramienta muy útil para ingresar al pasado, ya que la parte de esta que no se olvida, es el pasado mismo. En un nivel material la memoria se podría dividir en tres tipos: la exterior, que es la que se presenta en la escritura y que funciona como apuntador hacia algún otro concepto; la segunda es la interior, es decir, el conocimiento o imágenes que el individuo posee dentro de su ser, es decir los recuerdos; y la cortical, que hace referencia puramente a la biología.

Ricoeur realiza otra división de la memoria, la artificial y la natural: la natural, es la interna, es la que se basa en lo vivido, en las experiencias, esta memoria es la que se acerca más a la realidad, por que solo es un recuerdo del pasado, y no ha sido expresada por ningún medio, esta es la mas susceptible al olvido; la artificial, por su parte, es la expresada, es decir, la que ya no solo esta dentro del individuo, sino que es compartida. Pero a diferencia de la anterior, esta requiere de un soporte material para existir, esta es la que busca directamente combatir al olvido, pero al mismo tiempo lo utiliza, creando una realidad incompleta, como por ejemplo: cuando vamos a una fiesta e ingerimos mucho alcohol, pude ser que al día siguiente no nos acordemos de ella, sin embargo, a través de un soporte material, como una foto o un video, podemos recrear este momento, pero finalmente seria artificial y no real.

Para Ricoeur una historia solo se puede construir utilizando la narración, la cual podemos entender como una memoria artificial, ya que reconstruye algún suceso de una forma diferente. En cuanto a su concepto de realidad, para Ricoeur, ésta se encuentra dentro de los individuos, en su memoria, y al volverla externa se convierte en conocimiento, común a la sociedad, pero al mismo tiempo con una pérdida que es el olvido.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La imaginacion de White

Hola a todos!
Me ha sido dificil mantenerme al dia con el blog porque como que a final de semestre a todos se nos acaban las buenas ideas.
Fue un alivio (y un honor) recibir a Hayden White la semana pasada en nuestra universidad. Digo alivio, no solo porque muchos pudieron faltar a sus ultimas clases, sino tambien por las palabras que pudo compartir con nosotros el profesor.
Algo que a mi me ha interesado mucho - y que hemos comentado hasta el cansancio en nuestra clase- es la busqueda de filosofos e historiadores por responder por la funcion de la historia. Para Hayden White esta tambien ha sido una pregunta clave dentro de su filosofia. Para esto, nos hablo de lo que el llama "el pasado practico" -practical past - que se diferencia del "pasado historico" - historical past. El al parecer, critica a los historiadores por separar al pasado del presente y del futuro, dicho de otra forma, como si nosotros hubiereamos nacido en una conversacion, y que esta conversacion no tuviera nada que ver con nosotros. Se utilizo el pasado como algo practico.
Historiadores tuvieron la autoridad metodologica para construir un pasado que le diera peso al pasado practico, y en que debia ser recordado y que no.
Tambien durante la conferencia dijo algo muy importante y que a muchos nos serviria entender de una buena vez. Esto es que antes que nada -antes de queres cambiar las reglas establecidas - tenemos que seguir al pie de la letra lo que se nos pide en nuetsras distintas instituciones, o "academias". Pues son estas las que nos van a evaluar y acreditar como historiadores, y una vez que esto suceda, entonces si podremos hacer lo que queramos (asi mismo lo dijo)
La carrera de historia, aunque no lo creamos, da para muchisimo. Lo que nunca hay que perder es - como el mismo Hayden White dijo- la imaginacion

P.D. perdon por no acentuar ninguna palabra, pero es que no hallo el acento en esta computadora

jueves, 20 de noviembre de 2008

Foucault y las ciencias humanas en el límite de la representación.

Entendiendo representación como la presencia de algo en una ausencia, podemos comenzar a explicar lo que Foucault intentó expresar cuando habló del límite de la representación.

El “hombre”, [1] en lo que Foucault llama Reina de la Semejanza produce primeramente un conocimiento analógico en el que el lenguaje ocupa un papel fundamental, ya que, este es un espejo de la realidad a la que se refiere, en cambio, en la época clásica del autor, se habla del mundo como una representación, el conocimiento analítico emerge cuando el ente conforma el objeto y sujeto de estudio en la episteme, en dicha representación el lenguaje nos lleva al ser de las cosas.

Con el paso del tiempo El “hombre” aprehende una conciencia histórica, la cual lo lleva a saberse un ser finito; con la conciencia de la finitud se provoca la introspección del individuo en su intimidad, llegando así a la conclusión de que ninguna representación es exacta, nada podemos conocer escrupulosamente pues nos limitamos al conocimiento del lenguaje, signos que no pueden expresar lo imperceptible.
[…]Era esta misma finitud la que le impedía conocer en forma absoluta los mecanismos de su cuerpo, los medios de satisfacer sus necesidades, el método para pensar sin el peligroso auxilio de un lenguaje[…] [2]

Foucault propone que si el hombre se sabe un ser finito puede entonces pensar lo impensable, abriéndose así un espacio a las ciencias de lo otro, de lo invisible aquellas que el llama heterologías: Historia, etnología y psicoanálisis.

Al parecer el hombre no fue sujeto de estudio ni objeto de un saber, hasta la aparición de las ciencias humanas. El conocimiento humano se transforma, pues éste se creía inagotable, sin embargo, de pronto aprecia su condición restringida y la búsqueda de lo impalpable lo transporta a emprender un estudio propio.

Con la aparición de las ciencias humanas cuando el límite de la representación se produce, y se confina el lenguaje, el hombre advierte que puede intentar conocerse, pero la muerte lo superará por siempre.
“El “humanismo” del Renacimiento, el “racionalismo” de los clásicos han podido dar muy bien un lugar de privilegio a los humanos en el orden del mundo, pero no han podido pensar al hombre.” [3]

El lenguaje entonces es sólo exterioridad, no nos pertenece, pues es arbitrario pues no va unido al ser de las cosas ni mucho menos a su representación, y ahí donde el lenguaje es contingente es en donde Foucault inserta las heterologías y así nos abre la posibilidad de repensar nuestro lenguaje y por tanto nuestro conocimiento.

Con respecto a la muerte del hombre Según el autor Michel Foucault el hombre es una invención reciente, creada en el siglo XIX por las ciencias humanas que lo han convertido en su objeto de estudio.

“En todo caso, una cosa es cierta: que el hombre no es el problema más antiguo ni el más constante que se haya planteado el saber humano.” [4] No es que el hombre no haya existido anteriormente sino que nunca se había puesto como objeto de estudio y sin estas ciencias que ha creado para estudiar a lo otro lo invisible y a si mismo “ …podría apostarse que el hombre se borraría, como en los límites del mar un rostro de arena.[5]

Por lo tanto el hombre es un ser limitado que por su pobre manera de comunicarse y conocer el mundo no es capaz de aprehender muchas cosas que lo rodean, pues se sabe un ser agotable, adquiere esa conciencia histórica que le permite conocer sus propias fronteras y límites.

La invención del hombre permite que la historia se establezca como conocimiento a partir de que el hombre aparece, aunque Foucault por una parte mató al hombre antiguo y moderno nunca mencionó que no existiera un ser que había poblado la tierra y que construyó hechos históricos que hoy en día se estudian como parte de un pasado que administran un conocimiento construido para una sociedad.





[1] “hombre” ya que Foucault dice que el hombre es una invención reciente.
[2] Michel Foucault, Las palabras y las cosas 1968
[3] Michel Foucault, Las palabras y las cosas 1968
[4] Las palabras y las cosas, Michel Foucault pag 375.
[5] Ibidem.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Los procesos de conservación de archivos.

Hola a todos leí un capítulo del libro Los Archivos Públicos: su organización y conservación, y me pareció muy interesante presentarles como es que se conservan los documentos en los archivos, espero les parezca interesante.

La conservación de un documento se fundamenta principalmente en el principio de que todo documento posee una naturaleza física que porta un mensaje o contenido, por tanto la conservación del documento va enfocada a su materialidad y a la difusión del mismo.

la cosnervacion de documentos contempla tres fases:
1. La preservacion
2. la conservación
3. La restauración

En el ambito de la preservacion se debe de tomar en cuenta el control de todos los elementos que rodean a dicho documento, y en esto se lleva a cabo un control del Medio Ambiente muy especifico.

Para poder preservar documentos es necesario tener un control total de el lugar, entendiendo por control planear su construccion para orientarlo a la posicion de la luz natural correcta y pra evitar que hayan fuentes de contaminación.

Por otra parte se debe de cuidar los materiales con los que se realiza la edificación, asi como las instalaciones de agua y de luz para que sea imposible que el material se dañe por cualquiera de los dos anteriores; otro punto importantísimo es el local en este se incluye la temperatura en donde se encuentra el acervo, la iluminación, el mobiiario, las estanteríuas asi como la funcionalidad de las mismas.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida

Nietzsche, en su tratado Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida plantea la relación de la historia con la existencia humana y retoma allí el papel que le cabe a la historia de los historiadores en la sociedad. Sostiene que la vida necesita a la historia, pero no como la necesitaría un tropel de puros pensadores, con fiebre histórica devorante, sino para entretejer la vida con hilos de sentido.
Se puede pensar que el recorrido del saber escolar anecdótico al saber escolar conceptual y procedimental hizo perder el drama de la vida en las aulas, la posibilidad de reflexionar y conmover, la ocasión de resolver alguna inquietud y de decir a algo a los niños y jóvenes acerca de quiénes son, la oportunidad de educar la sensibilidad y el pensamiento al mismo tiempo. Se puede pensar también que atender a esto podría representar un camino para otorgarle mayor relevancia a la historia enseñada.

Auschwitz y el arte (Ana Rocío)

Hola! En esta vez me gustaría platicarles sobre una lectura que se llama Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz de José Antonio Zamora.
La Segunda Guerra Mundial se caracterizó por ser la primera vez en que la matanza de seres humanos se hizo a modo de empresa. Constituía una organización y administración jamás antes vista. Era la primera vez en que el mundo veía del asesinato una institucionalización. Auschwitz fue el principal campo de concentración, cámaras de gases dieron muerte a miles de personas.
Artísticamente la representación del dolor nos sitúa en una doble moral. Por una parte es depositar en la obra todos aquellos sentimientos que cotidianamente no se pueden entender, pero por otro lado, al espectador le causa un sentimiento de dolor por el sufrimiento ajeno, al mismo tiempo que vive una sensación de placer al saber que no fue él quién estuvo en contacto directo con el horror.
En tiempos de la pos-guerra, se mantuvo la prohibición de la representación de los horrores vividos. Los hombres reaccionaron de modo distinto llevados por "el imperativo moral de no permitir el olvido del sufrimiento real y la transfiguración del horror por el principio estético de estilización termina arrancando un sentimiento a aquello que se resiste a toda afirmación del mismo."1 En el arte contemporáneo qse intenta romper con la referencia de lo real del objeto, así como sus dificultades. Esto quiere decir que el autor intenta hacer más tangible su obra. 
Sin embargo, la lectura plantea los casos de autores que vivieron en el holocausto y que fueron víctimas de horrores sufridos, cuyas experiencias jamás podrán llegar a la comprensión del otro. Porqué en el momento que catalogamos a un autor como "vícitma del holocausto" estámos haciendo una distinción entre él (el otro) y nosotros. "¿Es la identificación con las víctimas la actitud correcta o más bien conduce a una satisfacción del interlocutor por medio de la proyección de sí mismo?"2 Kant mencionaba que "la singularidad de lo sublime está en la confrontación perceptiva con datos o acontecimientos que, en su totalidad abrumadora, no pueden ser contemplados como un todo con sentido."3 Es la sublimidad de una obra su propia incomprensibilidad, lo único que nos queda como espectadores es tratar de acercarnos a la obra pero jamás lograremos comprenderla.
Los cineastas intentan representar lo irrepresentable, las vivencias de las víctimas. Es el cine aquél que más se acerca a representarlo, por que consta de elementos externos que le ayudan a escenificar por medio de juegos de color, música de fondo y fotografía. Sin embargo ellos plantean que cuando el individuo que ha vivido en un campo de concentración "vuelve a la normalidad" es cuando por fin alcanza la paz. Yo pienso que es totalmente lo contrario, es cuando vuelve a la normalidad que viene la crisis existencial, surgen preguntas sobre la vida, el constante recuerdo de un horror y la misma sociedad que no permite que se olvide, pues muy seguido intentamos representarlo en el arte. Es un arma de doble filo, ¿recordarlo o no?


Bibliografía.
Zamora, José Antonio. "Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz" en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Río Piedra, 277-300 pp. 

1.- José Antonio Zamora, "Estética del horror. Negatividad y representación después de Auschwitz" en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Río Piedra, p. 282. 
2.- Ibidem, p. 293. 
3.- Ibidem, p. 285. 

Ana Rocío Hernández Santes

martes, 11 de noviembre de 2008

La realidad de Barthes

Barthes fue un estructuralista francés, contemporáneo de Michel de Certeau; el estructuralismo propone que todo está dentro de ciertos límites, los cuales nunca cambian, lo que lo hace es lo que está en el interior de dichos límites. Dentro de esta misma línea de pensamiento, para Barthes en un texto no importa el autor, sino lo está dentro de la estructura, es decir lo que se encuentra en el interior de los límites que fueron plantados por el autor cuando éste termina el texto.

También aborda el problema de la ciencia y de la literatura y por qué es que existe una separación entre estas. De su análisis concluye que una ciencia se identifica como tal en la medida que tiene una función social que se relacione directamente con la realidad, es por esto que la literatura no es considerada como una ciencia.
Sin embargo, contrario a lo anterior, Barthes dice que la literatura puede llegar a ser considerada como ciencia, pues comparte la relación que guardan las ciencias con la realidad; debido a que, contrario a lo que se había considerado anteriormente (que el discurso científico describe directamente lo que es la realidad), Barthes asume que la realidad es una construcción y por tanto la relación que existe entre el discurso literario y la realidad es igual a la que guarda el discurso científico con la realidad.

Finalmente, dado que la realidad se construye, el efecto de la realidad se encuentra en las instituciones y no en el texto o discurso en sí. Lo que se tiene por verdad está determinado por lo que la sociedad espera, en este caso el paradigma de descripción de la realidad es sustituido por el de verosimilitud.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Octavio Augusto, el arquitecto del Imperio Romano.


[…]Cuando entraron sus amigos les dijo: “¿os parece que he representado bien esta farsa de la vida? Y añadió en griego la cláusula con que terminan las comedias: si estáis contentos, / batid palmas y aplaudid al autor. […].
Suetonio

Se cree que Suetonio Cayo nació en el año 70 d.C., durante el gobierno de Vespasiano y murió entre el 130 y 140 d.C., este hombre fue uno de los grandes historiadores romanos.

Suetonio en su libro “Los doce Césares” hace una biografía del primer Imperator Octavio Augusto en la que comienza con el genos (antepasados) del personaje, dando después una semblanza de su infancia y juventud, seguida de datos que realzan su personalidad, forma de vida y carácter, para finalizar con su muerte.

Suetonio trabó amistad con Plinio el joven, quien lo recomendó al emperador Trajano, siendo así que comenzó a trabajar en la burocracia Imperial durante el gobierno de Adriano, trabajó en la dirección de los archivos imperiales lo que le permitió habituarse con fuentes de primera mano para la escritura de esta obra.

Este ejemplar, da un bosquejo de lo importante que era para los romanos Octavio Augusto, pues parece ser que para la época en que Suetonio escribe, la Idea de Imperio como forma de gobierno es reconocida por el pueblo Romano; y Octavio era enaltecido como Dios, “El titulo de padre de la patria se le confirió por consentimiento unánime e inesperado; en primer lugar por el pueblo, que a este efecto le mandó una diputación a Antium y que, a pesar de su negativa se lo dió por segunda vez en Roma…”[1] pues era quien había traído la paz a Roma.

La situación política de Roma en el espacio de Suetonio era similar a la que él describe en la biografía de Octavio Augusto, durante el Imperio había nacido un orgullo nacionalista, ese amor por la cultura y la política Romana que Suetonio aclama, detallando las guerras y el proceder político del emperador.

La arquitectura conmemorativa del tiempo de Trajano nos da una noción del poderío de la Roma Imperial, que en cada monumento y edificio inmortalizaba sus grandes victorias.

En el contexto social de Suetonio se encuentra la esclavitud en demasía lo que provocaba en cierto aspecto la decadencia de la familia, y en sí de la sociedad Romana, esto es enfatizado en la biografía de Octavio, la prueba está en que Suetonio habla del destierro de su hija y su nieta por estar manchadas de infamias […] pero la desgracia destruyó la confianza y alegría que Inspiraban una familia numerosa y educada con esmero. Viose obligado a desterrar a las dos Julias su hija y su nieta […][2] el adulterio fue penado por Augusto; […] Augusto, cien años atrás, había intentado castigar con rigor los amores adúlteros […] [3] sin embargo durante los dos primeros siglos de nuestra era, a pesar de las leyes Augustianas se produce una epidemia de separaciones debido al adulterio.

Cabe mencionar que Suetonio no enaltece ni condena al Imperio, simplemente plantea la idea de una forma de gobierno ya bien aceptada por los hombres .A lo largo de la biografía Suetonio relata varios chismes a los que tuvo acceso pero nunca da una crítica hacia o para el imperio.

Al ser Suetonio el último de los escritores de la edad de Plata Romana se advierte su influencia en poetas griegos y latinos, intentando utilizar en sus historias la gramática y la retórica correspondientes, pero huyendo de los temas de juicio como los que utiliza Tácito o propaganda para el Imperio como los que emplea Virgilio en la Eneida. “Este es aquél de quien una y otra vez habéis oído la promesa de la profecía César Augusto, hijo de un Dios. Él fundará otra vez una Edad de Oro en la tierra.”[4]

En conclusión se puede decir que Suetonio siguió formas canónicas de escritura, pero reformó la literatura latina pues encadena datos de la vida privada de los césares junto con sus políticas y maneras de gobernar, dando así la perfecta combinación para una escritura histórica sublime.

[1] Suetonio, La Vida de los doce Césares. P.91 México : SEP/Cultura, 1985
[2] Suetonio, La Vida de los doce Césares. P.93 México : SEP/Cultura, 1985
[3] Jerome Carcopino, La vida cotidiana en Roma, en el Apogeo del Imperio. P 130 España, 1989.
[4] Virgilio, La Eneida

La práctica religiosa de los Persas.

La práctica religiosa de los persas al principio de los tiempos era politeísta a la llegada del profeta Zoroastro quien tuvo revelaciones de Ahura- Mazda (el dios creador) fue cuando aparece el mazdeísmo, la religión persa que consiste en un monoteísmo dual, en el cual aparecen dos fuerzas el bien representado por Ahura Mazda y el mal representado por Ahriman.

Esta religión es una de las primeras que plantea la existencia de un soberano del universo que gobierna el bien y el mal, explicando todo lo que sucede a través de la lucha entre ambos; planteando la felicidad como las victorias del bien y la tristeza como los fracasos del mismo.

Zoroastro el profeta de Ahura Mazda que tenía grandes conocimientos médicos comenzó a crear leyes de higiene que fueron muy importantes para la población, además prohíbe los sacrificios de animales pero conserva el culto al fuego.

Las virtudes de Ahura Mazda eran la verdad, el buen sentido, la sabiduría, el dominio, la salud y la larga vida; estas luchaban en contra del engaño y el cólera de Ahriman.

La práctica del mazdeísmo se realizaba por sacerdotes y magos y todo viene escrito en el Zend Avesta (palabra viviente).

El pensamiento religioso persa llevo a esta civilización a ser el Imperio que fue y desde el gobierno de Darío I esta fue la religión oficial practicada en Persia.

Realidades

Esta semana me gustaría hablar sobre la realidad, y las formas que existen para entenderla, hay una multiplicidad de propuestas, pero me gustaría enfocarme sobre las tres que me parecen las más importantes:

1.- Realismo natural o ingenuo: esta forma de concebir la realidad es las menos utilizada por lo autores contemporáneos, sin embargo, es la que por mas tiempo se utilizo en el discurso histórico. Esta forma de realidad se basa en la idea de que la realidad siempre esta presente, sin importar lo que suceda a su alrededor, es decir, que no es necesario el observador o cualquier otro agente externo para que exista. Por lo tanto, no tiene sentido cuestionarse sobre la existencia de esta realidad, sino que se asume que al ya estar ahí, no se tiene uno que preocupar por ella.
Ejemplos de esta forma de aproximarse a la realidad son todos los historiadores antiguos, desde la Grecia arcaica hasta hace unos cuantos siglos: Herodoto, uno de los historiadores más antiguos es un ejemplo claro, ya que a lo largo de todo su discurso, asume que la realidad ya esta ahí, por lo que se deja de preocupar por ella, y se enfoca en describirla (ver y oír); San Agustín, es aun mas radical, puesto que a través de su creencia en la cual la creación del mundo era una obra divina, la realidad ya estaba presente en todo lo creado por Dios, llegando al punto en el que ya sabia cual era el final de la historia.

2.-Realismo Crítico: esta forma de concebir la realidad toma muchos elementos de la anterior, sobre todo dar por hecho que existe algo, es decir, su esencia, sobre la cual el mismo observador puede cuestionarse sobre las formas que puede llegar a adoptar pero no sobre su existencia.

3.-Constructivista: esta concepción de la realidad es la que rompe con el esquema de la realidad natural. Propone, al contrario que las dos anteriores, que la realidad es creada, es decir, que solo existe en tanto que hay un observador que interactué con ella, por medio de la observación. Ya concretamente en el campo histórico, que es el que no interesa, el constructivismo es aplicable al pasado, puesto que el pasado no existe, es decir, que no podemos acceder a el y conocerlo, lo único que podemos hacer, es construirlo a través de la escritura; sin embargo, ya que cada individuo construye la realidad con su escritura, no es posible tener la certeza de llegar a una verdad y esta incertidumbre es parte fundamental del discurso constructivista. A partir de mediados del siglo XX, con el giro lingüístico, el constructivismo fue adoptado por una gran numero de teóricos, esto no quiere decir que antes no haya sido utilizado, pero a partir de este momento se hace mas aceptable

lunes, 3 de noviembre de 2008

Camino al infierno....

¡Hola compañeros! Esta semana les dejo un pequeño resumen de un artículo que leí en una revista llamada Relatos e historias de México escrito por nuestra directora del departamento Perla Chinchilla.
El nombre del artículo es Camino al infierno, y trata la importancia que ha tenido la existencia del infierno en el imaginario colectivo de la cultura occidental.

Durante el siglo XVI la cultura europea cristiana enfrentó la Reforma Protestante, que fragmentó a la Iglesia dejándola sin posibilidad de regresar a su unidad original y dividiéndola definitivamente en dos; la católica y la protestante. Dicho cambio propició que la jerarquía católica se viera en la necesidad de llevar a cabo ciertos ajustes, reuniéndose así en el Concilio de Trento donde plantean una campaña de catequización y moralización para ganarle la batalla al protestantismo. Uno de los métodos principales era la predicación llevada a cabo con sumo cuidado, vigilando de cerca la preparación de los sacerdotes que se encargarían de dar los sermones.

Las narraciones del Infierno comienza a aparecer desde la Edad Media sin embargo los jesuitas en el siglo XIV perfeccionan las técnicas de los que ellos llamaban “el arte del bien decir”, la retórica, dando como resultado pinturas que tenían el objetivo de despertar la imaginación de quienes las veían y provocar temor por los castigos que sufriría quién no obedeciera, también recurren a representaciones teatrales que ayudaban a amplificar los efectos emocionales. Al mismo tiempo existen tratados de ese momento en los que se explican los tonos de voz que debían utilizar al predicar para causar un mayor efecto en los oyentes, se llevaban a cabo espectáculos aterradores que generaban en la audiencia un enorme miedo a ser condenados.

Durante el mismo siglo, la sociedad cristiana inicia un proceso de individualización, en el cual cada persona comienza a responsabilizarse más de sus actos. La conciencia está acompañada de culpabilización y temor al castigo, apoyadas por las descripciones del Infierno y del Diablo.

En conclusión la Iglesia lleva a cabo una campaña de moralización sobre las conductas pecaminosas, que de acuerdo a las autoridades del momento, habían provocado la fractura de la Iglesia y la aparición de Lutero. Los sermones evidenciaban las consecuencias de escoger el camino del vicio sobre el de la virtud, esto no se trataba únicamente de una estrategia sino que los mismos predicadores estaban convencidos de la existencia del Demonio y del Infierno. El arte del momento refleja un cambio notable del humanismo renacentista a un enorme panteísmo y a la constante presencia de la muerte en las obras.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Algo de Paul Ricoeur....

Esta semana les comparto algo que leí en Tiempo y narración de Paul Ricoeur: Dentro del capítulo, el autor hace una crítica de algunos postulados de Danto y expone las propuestas de Gallie y Mink.

Danto sostiene que toda frase narrativa está vinculada al pasado y al presente, así que estará directamente afectada por la situación y época en que se encuentra su narrador. La única manera de estar seguros de la historia narrada sería si pudiéramos con un narrador estrella que estuviera en el lugar de los hechos, de lo contrario ésta historia se verá afectada al pasar el tiempo dando como resultado una narración. Ricoeur acepta y de alguna manera apoya el trabajo de Danto respecto a la narración, pero desde su punto de vista le hace falta profundizar en los acontecimientos que sirven como unión para poder entender un proceso.

Gallie por su parte presenta las diferencias entre proseguir una historia y narrarla “Cualquiera que sea el contenido de la comprensión o de la explicación de una obra histórica, debe ser evaluada con relación a la narración de la que procede y a cuyo desarrollo contribuye”[1]

Por otro lado Mink nos ayuda a ahondar en la concepción narrativista que ha sido abordada por otros autores, pero que es él quién la ha analizada de manera más profunda “ … pasa revista a las principales discordancias ya señaladas por otros, entre las exigencias altamente prescriptivas del modelo y la comprensión efectiva puesta en práctixa por la historiografía corriente; muestra que solo puede explicar éstas discordancias si se establece correctamente la autonomía de la comprensión histórica” [2] Uno de sus aportes, el acto configurante, pone los elementos en un complejo único de relaciones y que busca encontrar el origen o la causa de lo que estamos estudiando. Por otro lado establece que una comprensión aspira a aprehender el mundo como una totalidad.

[1] Ricoeur, Paul. Tiempo y narración, Siglo XXI, 1995, pp.251
[2] Ibid, pp. 260

a vueltas con la teodicea

Juan Antonio Estrada es autor de Razones y sinrazones de la creencia religiosa. Dentro de su obra está el capítulo "A vueltas con la teodicea", es decir de la "relación entre Dios y el mal"1. Plantea una muerte de Dios que se ha ido desintegrando poco a poco. Sin embargo el autor jamás menciona elementos o demás autores que confirmen la muerte de Dios, aunque es sabido que fue Nietzsche quién propuso esto. Sin embargo la falta de notas al pie de página debilitan su postulado.
Plantea también, la muerte de la metafísica causada por la misma sociedad que ha ido perdiendo sus ideologías ed universalidad. "La desaparición de estas referencias globales (...) hace que el problema del mal sea cada vez más acuciante e irresoluble."2 Con la muerte de Dios se vuelve cada vez más inadmisible la opción de cupar al creador por los males que acongojan al mundo, es ahora el propio ser humano quien es el responsable de su vida y por ende, de los males que surgen.
En la tradición cristiana se le adjudica el papel de creador de la palabra a Dios, por lo tanto la historia y las vivencias se vuelven una hermenéutica divina. Toda relación entre divinidad y ser humano recae sobre interpretaciones, nunca sobre una comunicación directa.
En la filosofía de Heidegger, la contemplación de ideas divinas es el origen de toda sabiduría, por lo que el autor hace entrar en un conflicto al lector. Primero había dicho que con la muerte de la divinidad surgen nuevas teorías que ponen al hombre como responsable de los acontecimientos y, después, nos habla de Heidegger quien adjudica la sabiduría a la contemplación divina.
Un poco más adelante, Juan Antonio Estrada comenta que la pretensión de la cultura y filosofía occidental "ha sido siempre la de alcanzar la razón pura, es decir, una razón imparcial, neutra y objetiva viendo lo no racional (lo otro que la razón) como mera irracionalidad."3 No se me hace lógico que en primera instancia utilicie la hermenéutica, que afirma la existencia de tantas interpretaciones como lectores de un documento, por lo tanto una corriente que niega la objetividad, y después haga alusión a una meta occidental de alcanzar la famosa objetividad. Habiendo tantas nuevas teorías que niegan la existencia de la objetividad, Estrada sigue en una postura que me remite al siglo XIX. 
Hace un breve recuento de distintas teorías que han surgido y su posición ante la fe. SIn embargo no adopta ninguna de ellas, solo las explica transitoriamente. Conforme avanza su obra comienza a rechazar la justificación del mal. También narra algunos intentos teolóficos por comatibilizar el mal con una figura de Dios bueno. 

1. Juan Antonio Estrada, "A vueltas con la teodicea", en  Razones y sin razones de la creencia religiosa, Madrid, Trotta, 2001, p. 103
2. Idem
3. Ibidem, p. 108

Estrada, Juan Antonio. "A vueltas con la teodicea", en Razones y sin razones de la creencia religiosa, Madrid, Trotta, 2001, p. 103-138.

Ana Rocío Hernández Santes

El retorno del pasado.

Esta semana, en base de las entredas que han realizado mis compañeros sobre michel DeCerteau, me gustaria presentar un analisis que realicé en los primeros semestres de la carrera, aunque solo lo tome como base para escribir esta entrada.

Ya que la historia es algo que ya sucedio, es una perdida, esta ausente, es algo que no podremos recuperar exactamente como fue, por eso le podríamos llamar un acto de duelo a la historia, “Es esta ausencia la que constituye el discurso histórico. La muerte del otro lo pone fuera de nuestro alcance y, por eso mismo, define el estatus de la historiografía, es decir, el texto histórico”[1].

Este pasado, que ya no es recuperable exactamente como fue, siempre regresa a nosotros, pero no regresa de la misma manera, regresa de otra forma. Podríamos comparar esta idea, a la forma en la que trabaja el psicoanálisis, un trauma regresa desde el inconsciente a lo conciente, pero al regresar, es diferente a como fue.

El pasado siempre regresa a nosotros en la forma de una diferencia, y esto será lo mas cerca que lleguemos a la "verdad", por lo que la historia se convierte en el deseo de una ausencia, lo que deseamos estudiar siempre va a estar ausente, por lo que a la escritura de la historia le podríamos llamar un acto de duelo. En mi opinión, las partes que nos regresen como diferencia, aunque no son suficientes para calmar este deseo, nos ayudan a superar la perdida del pasado, a sustituirlo, pero solo por un tiempo, ya que los seres humanos siempre viviremos deseando, nunca terminaremos de tratar de complacer nuestro nuevos deseos. “La resurrección del pasado consiste en hacerlo como lo deseamos”[2].

El pasado ya no puede cambiar, siempre será igual, lo que cambia es el estudio de el, dependiendo quien lo estudie y cuando lo estudie como se llegara a un retorno del pasado cada vez diferente al anterior, podríamos hasta pensar que si por ejemplo yo estudio una situación en el pasado el día de hoy, la diferencia me llegara de otra manera a si la estudio dentro de una semana, nosotros nos vamos moviendo y vamos cambiando, “¡No es que haya cambiado ese antiguo mundo pasado¡ ese mundo ya no se mueve. Nosotros lo movemos. Cambia, si se quiere ver así, pero yo cambio mi manera de verlo”[3].

Ya que el pasado no nos regresa tal y como fue, lo que el historiador produce al escribir un libro de historia es una diferencia, no es el pasado mismo sino una diferencia entre el presente y el pasado, creo que lo que hacemos es una comparación entre nosotros y el otro, y así adquirimos la diferencia
[1]Michel de Certeau. “Historio y estructura”, en Historia y Psicoanálisis, p. 102
[2] Idem.
[3] Idem.

jueves, 23 de octubre de 2008

La participación de la mujer en el siglo XV, Los desposorios de Giovanni Arnolfinni.

La participación de la mujer en el siglo XV, Los desposorios de Giovanni Arnolfinni.

“…Manteneos erguidas mirando de frente ante vosotras y si queréis dirigir la
mirada a un lado volved cuerpo y rostro a la vez…”[1]

El papel de la mujer en la Historia, siempre ha sido preponderante; en la antigüedad esta preponderancia era, hasta cierto punto, oculta y, en la actualidad es casi manifiesta.

Me atrevería a decir, que la participación femenina fue importante, aunque no figurara, dado que en todas las manifestaciones del arte aparece, ya sea en la escultura, la pintura, o la literatura aunque casi nunca las obras fueran firmadas por ella.

Durante la Edad Media, tanto en sus albores como en su final, la mujer fue objeto de polémica en la literatura, en la que los autores se clasificaban como feministas o antifeministas según ensalzaran o vituperaran su presencia, y en donde la figura femenina era elevada a la posición de exalsitud o denostada al extremo de la misogenia.

Entre los autores feministas del siglo XV en España existían algunos que mas que ponderar las virtudes de la mujer se concretaban a mostrar sus diferencias con los varones, como fue el caso de Pérez de Tudela, el cual si bien no las alababa tampoco las satanizaba.

Otros en cambio como Fray Martín de Córdoba, en su obra: el Jardín de las nobles doncellas, dedicada a Isabel de Inglaterra, cuando fue nombrada heredera al trono por su hermano Enrique IV, no solo rebatía los conceptos vertidos por los escritores misógenos sino que establecía una especie de tratado tendiente a orientar su reinado sobre las bases morales que habrían de guiar el desempeño de la mujer en la sociedad.

Otros feministas solo expresaban su inquietud por establecer normas morales, como Juan Luis Vives o Fray Luis de León. El primero, en su obra “Instrucción de la mujer cristiana” la dirige a iluminar a los padres sobre la educación que deben dar a sus hijas, jóvenes cristianas; y el segundo en su obra “La perfecta casada” orienta a los maridos sobre lo mismo, respecto a su mujer.

Los autores antifeministas en cambio, solo veían aspectos malos, ruines y viciosos llegando a asegurar inclusive, que “la mujer es, por naturaleza, mas viciosa y proclive a la maldad que el hombre”[2]

Los antifeministas, fueron claramente influenciados por la obra del escritor italiano Giovanni Bocaccio, autor de biografías femeninas y de la obra Corvaccio, en la que critica duramente y sin razón a las mujeres.

Para los misògenos, la mujer era la culpable de todos los vicios y desgracias que aquejaban a los hombres, empezando por Eva, en la Biblia, culpable de hacer que Adán cometiera la falta e inductora del pecado original en la humanidad, en cambio los feministas, cuestionaban esta aseveración considerando que en la Biblia la prohibición no era para Eva, sino para Adán, y el culpable de la desobediencia en todo caso no fue ella sino él; y que si bien la mujer tenia debilidades y vicios estos no eran mayores que los de los hombres.

Mediando entre estas dos corrientes, existían los moderadamente feministas, los que se constreñían a señalar las virtudes que según ellos debían adornar a la mujer.

En primer lugar, una virtud que según afirma Diego de Valera debía ser inherente a la condición de mujer era la castidad puesto que “hay mujeres que están dispuestas a poner su castidad por encima de todo lo demás.”[3]

Sin embargo, para otros como Alfonso Martínez de Toledo arcipestre de Talavera, el problema radica en que “la mujer es lujuriosa por naturaleza, la gran tentadora, capaz de arrastrar al hombre, incapaz de resistirse a sus encantos al abismo de la pasión.”[4]

Otros mas moderados como Fray Martín de Córdoba dice que “cuando una mujer es casta, su virtud resplandece de una forma especial” [5]aunque reconoce, menos indulgente que “el numero de mujeres honestas no es muy elevado.”[6]

La falta de castidad, según los antifeministas conducía a la deshonra familiar y que por eso, dado que la mujer era a gran tentadora, el arcipestre de Talavera, acérrimo misógeno, aconsejaba educar a los niños separados de la niñas aun cuando fueran hermanos.

Otra de las virtudes de la mujer debía ser la honestidad, pero no solo debía ser honesta sino además, parecerlo. Para ello no debía hacer visitas sin la compañía de otra señora y siempre, con el permiso del marido; no debía sonreír mucho a riesgo de parecer frívola; sus visitas, aun cuando fueran a la familia no deberían ser frecuentes pues podría ponerse en duda los motivos de las mismas.

Era menester que su trato fuera dulce y suave para con los demás y su risa y plática discretas, sobretodo en presencia de los varones pues podría malinterpretarse.

El aspecto intelectual en la mujer era elitista; solo un reducido numero de ellas pertenecientes a las clases mas altas sabían leer y escribir, debido a que tenían que aprenderlo a través de profesores casi siempre varones pues la mujer que se dedicaba a aesta profesión era mal vista por la sociedad.

Por lo que respecta a la salud al no existir mujeres médicos las visitas al doctor eran sumamente limitadas y solo en caso de extrema necesidad.

En su ambiente familiar la mujer antes del matrimonio estaba sujeta a la tutela paterna, y eran educadas para ser doncellas virtuosas y una vez casadas, esposas virtuosas.

Los matrimonios, en casi todos los casos, eran arreglados según la conveniencia económica, política, o social por los padres de ambos contrayentes.
El amor, como tal se consideraba inexistente y solo como reflejo de deseo carnal, dado que no se concebía la atracción espontánea, sino como producto de la convivencia y el trato diario.

La mujer, sometida siempre a sus padres debía estar preparada para extender este sometimiento a su esposo. Una buena y sumisa esposa debía ser piadosa y misericordiosa con los pobres, levantarse temprano y dedicarse a los oficios propios de su sexo con diligencia y con medimiento y, no despilfarrar ni desperdiciar los haberes del esposo.

La maternidad, era considerada como garantía de la estabilidad matrimonial e incluso se concedía al varón el derecho de repudiar a la mujer y obtener el libelo de divorcio en los casos de infertilidad femenina.
La crianza de los hijos era papel de la madre prescindiendo, en lo posible, de nodrizas, puesto que estas podrían transmitir al niño, mediante la lactancia parte de sus vicios o malos hábitos.

Como prototipo del ambiente familiar del siglo XV el cuadro de Jan Van Eyck “Los Desposorios de los arnolfinni” fechado en 1434, causó en mi profunda impresión pues lo considero una obra impregnada de humanismo, ya que representa al mercader italiano Arnolfinni tomando de la mano as novia Giovanna Cenami, en la intimidad de su alcoba y en la presencia de ella es un
claro reflejo de la mujer descrita en este trabajo como valuarte de modestia, dulzura y humildad de una esposa medieval.

[1] Caballero de la Tour Landry Libro para la enseñanza de sus hijas. Historia de la vida privada (2004)
[2] María del Pilar Rábade Obradó (1980) El arquetipo femenino en los debates intelectuales del siglo XV Europeo. P 264

[3] María del Pilar Rábade Obradó (1980) El arquetipo femenino en los debates intelectuales del siglo XV Europeo. P 271.
[4] María del Pilar Rábade Obradó (1980) El arquetipo femenino en los debates intelectuales del siglo XV Europeo. P 271.
[5] Fray Martín de Cordoba p 116 La exigencia de la castidad.
[6] Fray Martín de Cordoba p 107 La exigencia de la castidad.

http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc48.html

martes, 21 de octubre de 2008

Memoria e historia

En este semana me gustaría hablar sobre un texto de Jacques Revel, en el cual habla sobre algunas formas a partir de la cuales la historia se puede relacionar con la memoria.

Revel nos dice que en los últimos años esta relación se ha hecho mas fuerte, y que puede ser observada a través de diversos aspectos, el primero de ellos, y en mi opinión el más importante, es la conmemoración: “En este fin de siglo se vio cómo se multiplicaban las ocasiones de celebrar los hechos decisivos de nuestro pasado”. [1] Hay un gesto de instituir ciertas fiestas como lugares de memoria, una presentificación, la conmemoración hace presente lo que sabemos que esta ausente.

Otro forma a partir de la cual se relacionan es la patrimonialización, “Todo ocurre como si los franceses poco a poco hubieran tomado la costumbre de considerar el conjunto de las huellas infinitamente diversas de su experiencia colectiva como un tesoro que era urgente conservar y proteger, un fondo que los arraigaba”. [2] Revel nos dice que la presentificacion sustituye formas de búsqueda de la historiografía, por lo que debe de haber un deber de la historia, esta tiene que encontrar nuevas formas de verificación de lectura de fuentes, de construcción del discurso histórico. "De alguna manera, es nuestra relación con el pasado lo que de este modo tiene a ser reconstruido a través de una dimensión conmemorativa. Esto es cierto del pasado lejano, cada vez más vivido (…). [3]

Un último aspecto que me gustaría dejar claro es que la memoria solo se mantiene viva porque se reinventa constantemente, no se regresa al pasado, sino que se construye un memoria, el pasado no da respuesta, sino que se tiene que buscar en el presente. La memoria nos existe por sí sola, ya que cambia constantemente a partir de las necesidades de una sociedad, por esta razón, a lo largo de los años, un mismo suceso es visto de distintas maneras.

[1] Jacques Revel, “La carga de la memoria: historia frente a memoria en Francia hoy” en Jacques Revel, Un momento historiográfico. Trece ensayos de historia social, Buenos Aires, Manantial, 2005, p. 271.
[2] Ibidem, p. 272.
[3] Ibidem, p. 273

domingo, 19 de octubre de 2008

Historia como duelo....




¡Hola a todos! Esta semana les comparto algo que leí en Historia y Psicoanálisis dondeDe Certeau sostiene que la Historia es una erótica del duelo por que el pasado es irrecuperable para los historiadores, es el deseo de algo ausente.

Para Freud al momento de tener una pérdida se pasa por un trabajo de duelo que es superado cuando el objeto perdido tiene una sustitución, en el caso de la Historia, la escritura puede ayudar a llenar ese vacío mientras que para Lacan el duelo es eterno y por lo tanto lo que queda es aprender a vivir con esa pérdida.


Entonces como historiadores vivimos en un duelo permanente ya que somos conscientes de que nuestro objeto de estudio como tal no existe, por que ese anhelado pasado es irrecuperable, es la construcción obtenida por medio de nuestro trabajo (seleccionamos las fuentes, sabiendo que ellas no constituyen ni la verdad absoluta ni lo que realmente sucedió y entonces realizamos las conexiones y nuestra propia interpretación de un acontecimiento determinado). “Hago Historia en el sentido no sólo de producir textos historiográficos, sino de llegar, por mi trabajo, a la conciencia de que algo sucedió, algo muerto hoy, inaccesible por no estar vivo”[1]


[1] De Certau, Michel. Historia y Psicoanálisis, Segundo Edición, México, UIA, 1995, pp. 104.

martes, 14 de octubre de 2008

La Morfología

Para continuar lo que mencionaba la semana antepasada me gustaría hablar acerca de la morfología, según es utilizada por Ginzburg en la Microhistoria.

En primer lugar debería de hablar sobre como entiende la morfología una investigación histórica, ya que al ver como trabaja nos podemos dar cuenta lo distinto que puede ser a la microhistoria, pero Ginzburg encuentra una forma de utilizarla como una herramienta y aplicarla a sus investigaciones. La morfología es el conocimiento de las formas, y aplicado a una investigacion histórica se podría utilizar para inferir información que no se tiene, un ejemplo sería analizar los cuentos, como lo hace Vladimir Propp, y a través de encontrar la estructura que se sigue en los todos ellos, vaciarlos de contenido y descubrir semejanzas, se busca lo común en todos los cuentos, universalizando la forma de escribirlos.

Lo que dice Ginzburg es que estas formas no pueden ser descubiertas si no que estas son construídas por el investigador, y se utilizan como un tipo de elementos metahistóricos. Estas formas, a las que podemos llamar inventadas, se pueden utilizar como un punto de partida que sirva para encontrar lo particular, lo especifico dentro de lo general, la forma ayuda a pensar un proceso que queda fijado. Pero lo que dice Ginzburg es que el trabajo del historiador no termina con analizar las individualizaciones, sino que se tiene que regresar a historizar la misma forma que se utilizó como punto de partida.

Una manera en la que yo lo entiendo es como decir que las formas (como universalidades) sirven para hablar de particulares históricas de la misma manera que el concepto de Dios, como el ser perfecto, tiene que existir (aunque sea como una construcción) para poder entender las imperfecciones individuales. No estoy diciendo que sea lo mismo, sino que los conceptos metahistoricos se construyen para poder partir de ellos y analizar problemas específicos.


http://en.wikipedia.org/wiki/Vladimir_Propp
http://www.lsf.com.ar/libros/49/HISTORIA-NOCTURNA/

¿Michael de Certeau en película? (Ana Rocío)

Hola compañeros, les escribo para compartirles un dato de una película que se llama Madre Juana de los Ángeles. Es de origen polaco, el director es Jerzy Kawalerowicz. La película trata sobre una monja cuyo convento está en un pueblo de Francia hacia el siglo XVII, Juana de los Ángeles es la madre superiora de dicho convento, sin embargo también es la encabezadora de una serie de posesiones que sufren todas las integrantes de la orden. 
Michael de Certeau en su obra La escritura de la Historia 1 y en específico en el capítulo "El lenguaje alterado. La palabra de la posesa" trata sobre el fenómeno ocurrido durante el siglo XVII en varios conventos, en los cuales se daban una serie de posesiones demoníacas en las mujeres. 
Aunque la película fue filmada en 1961, es interesante ver como existen conceptos símiles, a pesar de no tener contacto el director de la película con el autor jesuita del texto previamente mencionado. Por ejemplo, de Certeau nos explica cómo es que las posesiones demoníacas acababan con la voz de la posesa debido a que las declaraciones que daba durante su posesión eran manipuladas por aquellos que le realizaban el exorcismo. Los diálogos que ocurrían entre posesa y exorcista se basaban en una serie de preguntas que el sacerdote realizaba a la monja que vivía las experiencias satánicas, por así llamarles. "(...) no podemos suponer que seguramente, el discurso de la posesa exista en alguna parte, como un tesoro oculto que debamos sacar de debajo de las interpretaciones que lo cubren (...)"2 El discurso de la posesa viviendo la experiencia diabólica es manipulado por aquellos que se encontraban registrándolo. Nunca la posesa pudo haber escrito durante su posesión la vivencia. Sino que, era relatado después.
En la película podemos ver una representación de los exorcismos que se llevaban acabo. Así como también el director nos da a entender que la posesión demoniaca no es algo que se pueda explicar, pues existe una escena en la cual la monja Juana de los Ángeles le trata de explicar al cura que la exorcisa que jamás entenderá el sentimiento que ella vive al momento de sus posesiones. Al final de la película, el sacerdote sufre una posesión y es entonces cuando por fin logra comprender la pérdida de individualidad que sentía la Madre Superiora cuando los ocho demonios se hacían sus dueños.
La película está muy interesante, las actuaciones me parecieron buenísimas. Les dejo la ficha por si les interesa conseguirla. Me la prestaron pero tengo entendido que en el Videodromo de Arte que está en la colonia Condesa la pueden conseguir. 

Kawalerowicz, Jerzy. Mother Joans of Angels, Polonia, 1961, duración 105 min. 

1: Michael de Certeau, "El lenguaje alterado. La palabra de la posesa." en La escritura de la Historia, México, 2006, Universidad Iberoamericana, pp. 237-256.
2: Ibidem, p. 246.

Bibliografía: 
De Certeau, Michael. "El lenguaje alterado. La palabra de la posesa." en La escritura de la Historia, México, 2006, Universidad Iberoamericana, pp. 237-256.

Ana Rocío Hernández Santes

lunes, 13 de octubre de 2008

Hayden White

Otra mención a Hayden White,´ pues he traído varias de sus ideas en la cabeza esta semana. Hayen White intenta durante todo su discurso, demostrar que la historia contiene una parte literaria importante debido al uso recurrente de la narración.
Se inclina a postular que la historia tienen una poética, regida por la prefiguración, el cómo entiende el hombre las cosas, y su función es danos una estrategia de explicación, las cuales se dividen en tres:
A) Estrategias de argumentación por trama
B) Estrategias de argumentación por la forma
C) Estrategias de argumentación por implicación ideológica.


Volviendo a la narrativa, ésta se implica en la historia cuando tiene que ver con la aparición del discurso histórico tal, apoyándose en fundamentos científicos.
Los metacódigos nos permiten tener una trama que conecte los acontecimientos y hacernos ver la moral (criterio contrario a estético)
La narración, entonces nos permite dar un juicio de valor.
El metacodigo, según Hayden White, puede ser utilizado o por el historiador.

Entonces, sería interesante encontrar una forma no narrativa de escribir el discurso histórico, como por ejemplo la meditación, pero habría que averiguar como puede lograrse esto.

La narrativa histórica tiene un contenido, una serie de hechos reales, es labor del historiador encontrar esos contenidos, aplicar correctamente el método histórico y no precisamente requiere de un talento poético para inventar hechos, como en el caso de la literatura.
Aun así, Hayden White dice que la narrativa es solo una forma mas del discurso, y propone estudiarla solo como contenido del mismo.

Entonces, la narrativa:

a) Cumple con ciertas funciones,
b) Sirve para transmitir códigos,
c) Ayuda a moldear y transmitir pues modifica el contenido solo con cambiar la forma de decirlo.
d) Da diferentes mensajes con diferentes objetivos.

Pero entra aquí el problema, pues si la historia es narrativa implica que no es 100% científica y por ello, puede o no tener un valor de verdad.
Mmmm... problemática y más problemática.

domingo, 5 de octubre de 2008

El eclipse del acontecimiento.

A pesar de que varios historiadores se han querido separar de la Historia como narración, no lo han logrado pues al final terminan cayendo en la misma Historia narrativa de siempre pues como dice De Certau, la Historia se vale de la Literatura para poder hacer el pasado pensable, convirtiéndose la narración en la única representación posible del pasado.

Ricoeur en el capítulo del eclipse de la narración expone como dos corrientes del pensamiento han tratado de separar a la Historia de la narración esto ha sido imposible pues siempre aparece la narrativa para dar una percepción del pasado.

La historiografía francesa a tratado también de tapar el acontecimiento, tratando de enfocarse únicamente en procesos o hechos sociales en su totalidad; dejando a un lado los hechos aislados, humanos, pasados que se encuentran en la alteridad. “el eclipse de la narración procede principalmente del desplazamiento del objeto de la Historia: ya no es el individuo agente, sino el hecho social en su totalidad.”[1]

Marc Bloch basa su estudio en que la crítica desplaza la narración, la Historia solo se debe basar en lo que se dice de la narración y no en lo que dice la narración dejando así de un lado el acontecimiento.

Cuando aparece Braudel en la escuela de los Annales, trata de modificar la noción de acontecimiento diciendo que este no es creado por el individuo, sino por su entorno; ya que condena a la historia hecha por individuos como episódica y la del entorno como de larga duración. “En este contexto crítico nació el concepto de “larga duración” opuesto al acontecimiento, entendido como duración breve”[2]

Braudel dice que la Historia de corta duración o episódica es de carácter narrativo, y la de larga duración utiliza diferentes mecanismos que la hacen no narrativa.

En conclusión de lo anterior se puede decir, que a pesar de que la historiografía francesa hizo todo lo posible por tapar el acontecimiento y con ello la narración, nunca se separó de ella pues para hacer una Historia de larga duración es necesario utilizar la narración, sin ella no podemos hacer una representación del pasado.

[1] Ricoeur, Paul. Tiempo y Narración, Mèxico, Siglo XXI, 1995, P.170.
[2]Ricoeur, Paul. Tiempo y Narración, Mèxico, Siglo XXI, 1995, P.181.
Ésta semana quiero compartirles un capítulo de la obra de Hayden White El Contenido de la forma, en el cual nos habla acerca de la narrativa dentro de la historiografía actualmente. La primera parte del texto explica lo que es la narrativa en sí, caracterizándola como algo natural de la conciencia humana, además de hablar un poco acerca de la relación que tiene con las ciencias y las diferentes disciplinas “Una disciplina que produce relatos narrativos de su objeto como un fin en sí parece teóricamente poco sólida; una disciplina que investiga sus datos a fin de contar una historia sobre ellos parece metodológicamente deficiente”[1]

Así mismo habla de la condición de ésta dentro de los estudios históricos, los cuales utilizan la narración para convertirla en un tipo de discurso que en ocasiones se usa para representar hechos históricos, enfrentándose problemática de la posibilidad de representarlos fielmente, y la distinción que tienen frente a la ficción ( como cuentos populares, mitos etc…) gracias a su contenido, es decir, que las historias históricas no contienen acontecimientos inventados por el que lo escribe sino hechos que sucedieron y que el narrador va encontrando para poder presentarlos.

“La historia contada en la narrativa es una mímesis de historia vivida en alguna región de la realidad histórica, y en la medida en que construye una imitación precisa ha de considerarse una descripción fidedigna”[2] Para él la narrativa es un contenido en el que vemos reflejada la experiencia del mundo y las personas en un determinado.

Posteriormente muestra la postura del siglo XIX, donde aparece el modo de discurso disertativo que consiste en demostrar una lógica, el historiador interpretaba lo que el consideraba una historia verdadera y su narración era una representación de lo que el tomaba como lo que realmente había sucedido.

En otra parte habla acerca de distintas posturas como las de Danto, Gardiner y Mink, que consideran que la narración tiene un estatus epistemológico en el que explica los acontecimientos y procesos históricos en comparación a los naturales. Braudel, Le Goff y Furet, que desconocían el carácter científico de la narrativa, buscando deshacerse de ella para hacer del discurso histórico una verdadera ciencia. Foucault, Derrida y Eco, tomándola en cuanta como un código que es posible que sirva o no para representar la realidad y finalmente Gadamer y Ricoeur siendo para ellos la manifestación de un discurso específico que expone la conciencia temporal.

Concluyendo que la narrativa tiene que cumplir con ciertas funciones, puede servir para la transmisión de ciertos códigos y como historiadores nos ayuda a moldear y transmitir el mensaje que buscamos dar, el cual tiene diferentes objetivos. Establece que el pasado es perceptible únicamente de manera imaginaria, por medio de las imágenes no del objeto en sí.

[1] White, Hayden, El contenido de la forma, Barcelona, Paídos, 1992 (Básico 58) Pág 41.
[2] Ibid, Pág 43

miércoles, 1 de octubre de 2008

Microhistoria

Esta semana me gustaría hablar sobre la microhistoria de Ginzburg, y presentar mi entendimiento sobre algunos punto que han sido presentados por el profesor Alfonso Mendiola en la clase de "Historiografía contemporánea".

La aportación de la microhistoria que me pareció de más importancia es el concepto de escala, ya que Ginzburg introduce este problema y recomienda que sea utilizado en cualquier investigación histórica. Lo que dice Ginzburg es que es importante tomar en cuenta la escala que se desea utilizar al realizar una invetigacion, ya que dependiendo en que escala se vaya a trabajar, la visión será otra y la información que se recibirá será diferente.

Las escalas no son acumulables, sino que a diferentes acercamientos se verán cosas completamente distintas, esto se puede explicar con un ejemplo muy sencillo: si queremos hacer una investigación sobre una nación, un grupo social o un individuo, el resultado de esta investigación será otro. La microhistoria trabaja con escalas pequeñas como lo dice su nombre, que ha diferencia de la historia Macro que busca la totalidad y las estructuras, se enfoca en las partes, en los diferente y particular.

La historia Macro se basa en las estructuras, ya que considera que estas determinan las acciones de los individuos, se cree que el individuo se conduce a partir de una cultura, de reglas, por lo que si conociéramos el código de una cultura podríamos derivar las acciones de los individuos que la integran. Por otro lado, la Microhistoria nos dice que el individuo transforma esta "cultura" a partir de sus acciones, en el momento de actuar hay una multiplicidad de contextos, un campo de posibilidades que son determinadas a partir de la recepción de la limitada información que posee en individuo y el tiempo escaso en el que realiza la acción. Por esta razon, las acciones no pueden ser determinadas y deducidas a partir del estudio de las estructuras sociales, ya que estas cambiasn constantemente y se van actualizando a partir de los individuos.

Mas sobre Carlo Ginzburg y Microhistoria.
http://en.wikipedia.org/wiki/Carlo_Ginzburg
http://www.uv.es/jserna/Microhistoria.htm
http://es.shvoong.com/humanities/1692661-el-queso-los-gusanos/

Las Guerras de Religión en Francia.

Hola! aqui les doy un pequeño resumen de estas guerras tan importantes del siglo XVI y XVII.
En el siglo XVI el calvinismo comenzó a tomar fuerza en Francia, éste movimiento llegó a nobles, burgueses, artesanos y campesinos por lo que se convirtió en una avaloancha difícil de contener.
Las guerras entre protestantes y católicos, eran además de disputas religiosas, una manera para que los nobles se opusieran a la centralización del poder.

Transcurrían los primeros años del siglo cuando la corona francesa, se vió debilitada por la muerte del rey Enrique II quien tenía tres hijos, dos menores de edad y el tercero Enrique III era muy débil para sostener el poder por si solo, por lo que su madre Catalina de Medicis tomó el control por un tiempo.

La noche de San bartolomé hubo una masacre en la que se cree murieron 2700 protestantes en Paris, la gente realmente era masacrada por los católicos que tenía una saña pecuiar contra el cuerpo, generalmente de la cintura para abajo, se cree que esto era por que para los católicos la sangre tiene un significado de purificación. Hubieron 8 guerras por estos motivos de 1562 a 1598.
En 1610 Enrique IV fue asesinado por un fanático católico después de que se firmó el Edicto de Nantes, en donde se estipulaba que en Francia habría tolerancia religiosa; entonces el Cardenal Richelieu implantó una política para eliminar la resistencia por medio de la violencia, esto para fortalecer el estado pero lo anterior en ese momento no era conveniente para Francia pues estaba a punto de entrar en la Guerra de los treinta años por lo que Richelieu proclama la Paz de Alaisu (confirmación del Edicto de Nantes).
Pasaron los años y en 1650 la Iglesia católica exige que se eliminen las libertades protestantes, Luis XIV en sus primeros años de gobierno no actúa en contra de los protestantes pero en 19669 crea una declaración de 49 articulos donde limita la libertad de culto. Posteriormente proclama el Edicto de Fontainebleuen el cual se elimina la tolerancia religiosa y los privilegios de los hugonotes.
Los protestantes franceses no tuvieron tolerancia religiosa hasta un poco antes de la revolucion francesa.

martes, 30 de septiembre de 2008

Historia o Sociología

¡Hola!

Trabjando sobre mi libro a exponer en clase y cuestionándome como éste puede figurar entre los textos de cierto valor histórico, vino a mi mente un pensamiento horrible. Era un personaje pregúntandome en el momento de mi exposición: ¿Eso qué tiene de histórico? ¿No estarás hablando más de sociología? Obviamente, solo fue la representación de los temores de mi subconsciente de haber errado la profesión.
Después encontré citas de Braudel: "sociología e historia constituyen una sola y única aventura del espíritu: ambas se reúnen, se identifican y se confunden. Esto es así, porque historia y sociología son las únicas ciencias globales capaces de extender su curiosidad a cualquier aspecto de lo social."
¿Se "confunden"?
En las enciclopedias, se asegura que la sociología " tiene por objeto de investigación los grupos sociales, sus formas internas de organización, su grado de cohesión y las relaciones entre ellos con el sistema social en general. SIN EMBARGO, hay otras ciencias sociales que también tienen por finalidad el estudio del hombre y la sociedad: la antropología, la economía, LA HISTORIA, etc."1

Con grandes dudas en mi cabeza, decidí investigar un poco las relaciones y diferencias entre la Historia y la Sociología, sólo para el bien de mi salud mental.
Hallé los comentarios de estudiosos del tema, en particular de libros de Norbert Elías, quien tiene propuestas, según mi punto de vista, interesantes.


"La labor realizada por Norbert Elias, este pensador, desde los años treinta, en torno a la imbricación entre sociología e historia anticipa un planteamiento que tomaría cuerpo en las últimas décadas del siglo XX: la insuficiencia de los ordenamientos estrictamente disciplinarios y la necesaria reconfiguración de la sociología en una novedosa recombinación transdisciplinaria, dada la exigencia de revisar críticamente su objeto de estudio y sus potencialidades explicativas a la luz de los nuevos problemas emergentes. Si bien esta imbricación se ha dado crecientemente entre la sociología y disciplinas como la ciencia política, la antropología, la psicología y el derecho, una de sus vertientes más productivas es el cruce entre sociología e historia.
Ciertamente, historiadores y sociólogos han sido vecinos intelectuales en el sentido que ambas disciplinas estudian las sociedades y las modalidades del comportamiento humano, aunque la sociología haya puesto el énfasis en las generalizaciones sobre su estructura, y la historia lo haya hecho privilegiando las diferencias entre las sociedades y los cambios producidos en cada una de ellas a lo largo del tiempo.
Si bien los padres fundadores de la sociología (Marx, Comte, Pareto y Weber, entre otros) estuvieron muy próximos a la historia, el desarrollo de cada una de las disciplinas y su profesionalización las alejó. Desde mediados del siglo XIX los historiadores consideraron a la sociología como una disciplina abstracta que no tenía en cuenta la singularidad de los individuos y los acontecimientos, en tanto que los sociólogos se fueron centrando cada vez más en el estudio del presente a expensas del pasado. Para Norbert Elias, sin embargo, las tareas de la sociología se entroncan con las de la historia. En "El proceso civilizatorio" Elias ofrece un elaborado análisis del desarrollo histórico de Europa desde la Edad Media en adelante o, dicho de otra manera, una interpretación sociológica de los procesos tanto sociales como psíquicos que han moldeado la civilización europea occidental. En este sentido, uno de los defectos más importantes de la teoría sociológica ha sido, según Elias, no tener en cuenta el largo plazo en el análisis de los procesos sociales. A su vez, este autor propone abrir la sociología a una amplia perspectiva histórica que ofrezca nuevas interpretaciones en torno a las transformaciones del comportamiento humano a largo plazo, vinculados a los cambios de la estructura social. Para Elias, el sentido de los hechos que acontecen en el presente (por ejemplo, las transformaciones tecnológicas, la expansión de los mercados, las modificaciones en las configuraciones familiares, la crisis de las instituciones de la representación política, etcétera) no existen en un vacío histórico, y sólo pueden ser entendidos si son situados en un horizonte de largo plazo. Este planteamiento eliasiano se ha traducido en el paulatino reconocimiento, por parte de la sociología, de que el estudio del presente requiere la perspectiva histórica para contextualizar su análisis. Asumir que el “largo tiempo” de la historia puede explicar el cambio social en gran escala tomando en cuenta contextos históricos específicos, y aceptar que es virtualmente imposible estudiar la estructura social y sus transformaciones sin conocer la historia de las sociedades —en tanto ésta puede asimismo arrojar luz sobre posibles cambios futuros— es un principio casi indiscutible en la reflexión sociológica."

Sí, las ciencias sociales nos necesitan. ^^

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tips de Perla

Estuve revisando mis archivos para ver si encontraba algo que me ayudara - les ayudara - a aterrizar mejor un problema de investigación, y por suerte hallé mis apuntes de la clase que Perla nos dio acerca de cómo llegó a su problema de investigación.
Primero y antes que nada nos dijo que, si no le hallamos la función social a nuestra investigación, no le encontraremos nunca significado (para todos los que tengan como problemas existenciales con su proyecto de investigación)
Lo segundo que hizo fue explicarnos cómo es que su tema se transformó conforme se iba dando la investigación
Todo comenzó con unos sermones (en este momento no recuerdo cuales)
Se preguntó: ¿Este documento que me puede proporcionar?
Llegó a la conclusión de que los sermones estaban hechos para ser recitados oralmente, no para ser escritos, pues de esta manera no recrean el mismo impacto (como ya nos lo explicó Priscilla en clase)
Entonces Perla nos dice que el único terror de la sociedad oral, es el silencio. Debe de ser copiosa (la oralidad de los sermones) y redundante (rítmica) como la poesía, como un rezo.
Cae en crisis en el S. XVII gracias a la imprenta. La impresión de los sermones significó su muerte, pues acaba con la retórica. La ilustración viene a acabar con la retórica.
Quizás no todos tengamos la suerte de contar con una mente tan brillante o el conocimiento necesario para sacar estas conclusiones, pero si podemos seguir su esquema de investigación.
Cómo fue desarrollándose su investigación:
1. Motivación
2. Problema
3. Documentación
4. Método
No es la metodología que hallamos todos los días ¿cierto?
Pero lo interesante es que ella lo que decide hacer es trabajar con la idea de verdad. Y nos explica que tras las guerras de religión existen dos verdades. En Trento se ordena ya no hablar de verdades. Los predicadores deben de convencer a partir de la persuasión de la retórica, más no desacreditando alguna otra creencia. Discursos persuasivos, que ya no tienen que ver con la verdad. Los jesuitas eran expertos en esta clase de predicación.
Según la Doctora Perla esto se debe de llevar al discurso actual. Discursos amplificatorios, como la publicidad que repite lo mismo y nadie cuestiona la base. Incluso en política, ya no hay figuras, sino más bien otro tipo de discurso. Hay oralidad. Aunque la oralidad aún no sustituye la presencia (el teléfono por ejemplo).
Concluye diciendo que lo que la ciencia debe de mostrar es que nada es esencialmente necesario, así como las ciencias exactas, la historia también.

martes, 23 de septiembre de 2008

Relatos

Ya que han estado hablando en entradas anteriores sobre la problematica entre el relato de ficción y el relato histórico, me gustaria presentar algunas ideas que me surgieron al realizar un trabajo de teoria, en donde se muestra otro acercamiento a este problema:

Aunque podamos llegar a comprobar teóricamente que no existe la distinción entre los dos tipos de relato, creo que siempre se mantendrá a un nivel práctico, ya que los pensamos de una forma separada, queremos que así sea, no importa que teóricamente argumentemos que la historia, al no referirse directamente a la realidad, es lo mismo que la ficción. Además, esta diferencia la ponemos en práctica día tras día, siempre creemos más en un relato histórico que en uno de ficción, sin importar que aceptemos que el primero no nos está otorgando la verdad, intentamos ignorar esta afirmación. Si no la ignoráramos, no tendríamos una historia pasada, dudaríamos de todo lo que conocemos, y sería muy fácil decir que nada existió, ya que sólo requeriríamos basarnos en una ficción. Si no aceptáramos a los relatos históricos como lo más cercano a la realidad, no podríamos distinguir entre una cosa y otra, por esta razón, es por la cual necesitamos esta distinción, que nos conforte y nos separe entre lo que es real y lo que no.

Como dice Mink, en el texto Narrative Form as a Cognitive Instrument, la distinción entre los dos tipos de relato es parte del sentido común: "The distinction between history and fiction is a universally shared an item in ´common sense´as any distinction in Western cultura, at least since the rise of popilar literacy. ´Everyone knows,´ as certainly as everyone knows that two bodies cannto occupy the same space at the same time, that history claims to be a true representation of the past while fiction does not, even when it purports to describe actions and events locatable in particular times and places". [1]
No importa que podamos argumentar que los dos, al ser narraciones, comparten la idea de la trama, son construidas por el escritor y por esta razón son iguales. Además, también podríamos decir, que los dos se relacionan de la misma manera con la realidad, pero tenemos que tomar en cuenta que la historia tiene una pretensión de verdad y depende de una institución para su validación.
"For our undertanding of fiction needs the contrast with history as much as our undertanding of history needs the contrast with fiction.(...) If the distinction were to disappear, fiction and history would both collapse back into myth and be indistinguishable form it as form each other". [2] Como dice Mink, todo se convertiría en mito, se pondría en duda el pasado y el concepto de verdad.

[1] Louis O. Mink, “Narrative Form as a Cognitive Instrument”, en Historical Understanding, edicion de Richard T. Vann, Bryan Fay, Eugene O. Golob, Ithaca, Cornell University Press, 1987, pp. 182-183
[2] Ibidem, p. 203.

domingo, 21 de septiembre de 2008

La complementariedad del relato empírico y el de ficción...Ricoeur

¡Hola a todos! Ésta semana quiero compartirles reflexión acerca de una capítulo en Historia y Narratividad de Paul Ricoeur, en el que se explica la importancia de que se complementen el relato empírico y el de ficción.
“Necesitamos el relato empírico y el de ficción para poder llevar el lenguaje nuestra situación histórica”[1] Lo que establece Ricoeur es que la historicidad de cada individuo llega a ser lenguaje a través de la complementariedad que existe entre la historia y el relato de ficción.
Dicha interrelación puede parecer un tanto extraña ya que por lo general atribuimos a la historia una función más objetiva y científica mientras que la ficción es relacionada con la subjetividad al grado de considerarla como un juego de la imaginación con el único fin de entretener o agradar. Sin embargo ésta diferenciación se da cuando se está realizando una investigación provisional que se limita únicamente a los criterios de metodología. Pero en el momento en el que el investigador realiza un trabajo con el interés que dicta la metodología, entendiendo interés cuando el objetivo que se tiene es el conocimiento, la condición cambia. Gracias a ésta relación obtenemos la vía por la cual podemos expresar nuestra historicidad “… el tipo de vida del que forma parte el discurso de vida es nuestra propia condición histórica” [2]

Más de Ricoeur:
http://plato.stanford.edu/entries/ricoeur/
[1] Ricoeur, Paul, Historia y narratividad, Barcelona, Ediciones Paidós/I.C.E. Universidad Autónoma de Barcelona, 1999, pág 152
[2] Ibid, pág 133.

¿Historia, una heterología?

¡Hola a todos! esta semana lei un capitulo de Historia y psicoanalisis de Michel Decertau y me gustaría compartir con ustedes lo que pienso acerca de el. En Lo Ausente de la Historia Michel Decertau plantea que la Historia es una heterología ya que ésta tiene una relación con el otro que esta ausente, y es el que ha pasado por lo que es diferente. Para De Certau el estudio de la Historia implica un logos del otro, ya que es en la misma diferencia donde encuentra su objeto de estudio, el cual trae al presente por el único medio posible la escritura la cual elimina la alteridad que se produce entre el pasado y el presente.
El material que utiliza el Historiador, las fuentes o "reliquias" como las llama la sociedad son organizadas por el historiador desde su presente pues solo desde ahi las conoce aqui prepara los elementos que le son dados como pasados para poder construir esa diferencia, el otro, el pasado.
De Certau tambien explica el papel que tiene el historiador de explicar lo que le es completamente ajeno, tiene que explicar en manera de similitud una diferencia, trae al presente lo que es impensable, tartando de llenar el lugar que han dejado los muertos con una representación de los mismos.
Otra parte importante de este texto dice que el Historiador ha creado metaforas de lo ausente para poder explicarlo, el pasado se presenta en el presente como huellas del otro que el historiador por medio de metáforas reconstruye dando una representacion de la diferencia que el pasado representa.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Chassen

Cuando mencioné a la profesora Jane acerca de mi proyecto final, me proporcionó el texto de Francie R. Chassen-López “From liberal to revolutionary Oaxaca. The view from the South México 1867-1911”, del cual me parecieron importantes los siguientes puntos:

Que los españoles devastaron la memoria colectiva de etnicidad de los indios; pues se crearon un “indio monolítico”; ya que al dar la categoría de “indio” a cualquier integrante de las diversas etnias, se ensombreció la rica multiplicidad de civilizaciones encontradas en las Américas y también se privó a los pueblos indígenas de sus identidades originales y se les redujo a “una identidad social disminuida e incierta” p. 279.

Que hubo una violencia silenciosa de los conceptos, pues se hizo una división de la sociedad entre el hombre civilizado que razona y el indio que supuestamente no lo hace. Con tal división el lenguaje tuvo el poder de borrar historias, para subyugar y marginalizar personas”.
“La destrucción de los códices precolombinos que los sacerdotes católicos vieron como trabajo de demonio, y la destrucción que hicieron los españoles de las instituciones políticas indígenas, tuvieron consecuencias desastrosas para la identidad de los indígenas de las Américas. […] los españoles devastaron los centros de la “memoria colectiva de su etnicidad”, un desastre que les “trajo la destrucción y pulverización de la memoria étnica global y, después, la aparición de una memoria concentrada a llamar y recordar eventos locales (Florescano, Memoria, mito y tiempo, 110). Esta “atomización” de lo que fueron civilizaciones poderosas, fortaleció su identidad local (Bonfil Batalla, México Profundo, 23) p. 281

A pesar de que se dio una homogeneización del indio, la cual priva a las diferentes etnias de su identidad, a la vez ha provocado que estas fortalezcan su identidad local. Tal postulado lo puedo ligar al concepto de endoculturación mencionado anteriormente, ya que las culturas se aferran a sus tradiciones pero indudablemente van sufriendo procesos de transformación y adaptación.

martes, 16 de septiembre de 2008

Conceptos metahistóricos

Una forma de realizar la investigación histórica, según Koselleck, es utilizando conceptos metahistóricos, estos se pueden entender como conceptos no lingüísticos que se repiten en cada acontecimiento histórico. Es decir, que al hablar de la aceleración del tiempo, en la cual se entiende que el tiempo esta en un estado constante de contingencia, en donde no existe una repetición, los conceptos metafísico se encuentran fuera de esta aceleración, ya que estos se repiten, y se pueden aplicar a cada momento histórico, y de esta forma abordar la investigación de otra manera y enfoque.

Es muy sencillo entender la razón por la cual Koselleck utiliza estos conceptos, ya que su objetivo es frenar la aceleración del tiempo, y para lograr esto, necesita encontrar algo que no se encuentre afectado por esta aceleración, algo que muestre que la historia no se encuentra en un estado de progreso en su totalidad, algo que se repite constantemente a lo largo del tiempo. Los conceptos que decide utilizar, o mas bien inventar, son el horizonte de expectativas y el espacio de experiencias. “No existe ninguna historia que no haya sido constituida mediante las experiencias y esperanzas de personas que actúan o sufren”.[1]

Estos dos conceptos son aplicables a cualquier periodo histórico, son el aspecto repetitivo de la historia, las estructuras. “Y con esto llego a mi tesis: la experiencia y la expectativa son dos categorías adecuadas para tematizar el tiempo histórico por entrecruzar el pasado y el futuro”.[2] Explicándolos de una forma más sencilla, el espacio de experiencias es el pasado en el presente, ya que aglutina nuestras experiencias pasadas, y al asumir que estas pueden llegar a repetirse, las utilizamos para poder “anticipar” lo que sucederá en una situación parecida en el futuro, a partir de un horizonte de expectativas, las cuales se pueden entender como el futuro hecho presente.

Lo que Koselleck concluye con esto, es que estos conceptos metahistoricos se repiten a lo largo de la historia, por lo que de esta forma esta tratando de desacelerar el tiempo, mostrando que si existe una repetición, que no todo es cambio.


[1] Reinhart Koselleck, “Espacio de experiencia y horizonte de expectativa. Dos categorías históricas”, en Futuro pasado: para una semántica de los tiempos históricos, Barcelona, Paidos, 1993, p. 335.
[2] Ibidem, p. 337.

cultura

Hace unos días, di el concepto de endoculturación que maneja Marvin Harris. Ahora me toca dar su definición de cultura como “el conjunto aprendido de tradiciones y estilos de vida, socialmente adquiridos, de los miembros de una sociedad, incluyendo sus modos pautados y repetitivos de pensar, sentir y actuar (es decir, su conducta). Esta definición tiene como precedente las postuladas por sir Edward Burnett Tylor, fundador de la antropología académica y autor del primero libro de texto de antropología general. (Harris, 19,20)

Sin embargo, es interesante conocer el postulado de Nicholas B. Dirks, que en su texto Colonialismo y cultura, dicta que la cultura está colonializada, ya que esta se define desde el colonizador, pues unifica la naturaleza y la cultura de los colonizados: “invariablemente la naturaleza parece estar en oposición a la cultura” y la cultura es una forma de tomar acerca de la naturaleza; la cultura, es en un sentido antropológico, es el “congeries” (configuración, conjunto) de valores, creencias, prácticas y discursos que han llegado para traer la fuerza de la naturaleza” p. 2 introd.
Para los colonizadores, la cultura y la naturaleza de los colonizados fueron una sola. El colonialismo no sólo tiene efectos culturales que han sido ignoradas o desplazadas dentro de lógicas inexorables de modernización y capitalismo mundial, sino que fue un proyecto cultural de control. P. 3 introd.

Las formas culturales en sociedades “tradicionales” nuevamente clasificadas, fueron reconstruidas y transformadas a través de tecnologías coloniales, de conquista y reglas, que crearon nuevas categorías y oposiciones entre colonizadores y colonizados, europeos y asiáticos, modernos y tradicionales, este y oeste, aun masculino y femenino. P. 3 introd.

Ahora bien, si, como lo propone este autor, hay nuevas categorías de cultura, entonces las diferentes comunidades indígenas entrarían en una categoría no meramente prehispánica sino con un barniz colonial (como lo llama el profesor Alfaro), ya que mezclan ritos prehispánicos con católicos.

Lo anterior me lleva a los textos de Francie R. Chassen-López, quien habla sobre cómo se devastó la memoria colectiva de los indios, así como del profesor Guillermo Alfaro, quien en su libro El trasluz de la diferencia habla sobre ese barniz de cultura hispánica sobre la prehispánica. En el primero se habla sobre violencia, devastación de cultura; en el segundo sobre el barniz colonial. Dos opciones que me llevan a pensar que en la cultura no hay sólo formas de violencia sino de adaptación.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Ensayo sobre White

¡Hola de nuevo! Ya pensaba cerrar el blog cuando vi el post de Sofia que habla de White, simplemente les quería compartir mi ensayo final de Teoría II que trató precisamente sobre White.


La elaboración de este ensayo surge a partir de la premisa de Sonia Corcuera, quien plantea que para Hayden White “sólo a través de las estructuras del lenguaje [...] se puede entender la historia y dar cuenta de sus procesos [...] la historia queda reducida a las diferentes formas de usar el lenguaje”.[1] Y tiene como propósito explicar por qué el autor narrativista privilegia las estructuras del lenguaje en la historia, así como los grados de veracidad dentro de un discurso.
Para White el discurso está determinado por una comprensión teórica, la cual se lleva a cabo mediante la tropología; un análisis del texto, el cual por medio de las figuraciones, conlleva a un significado producido por la imaginación del lector. El tropo –medio de escritura de cualquier autor- capta la realidad que éste quiere reflejar en su texto. Es en ese momento cuando se realiza la narración.
Los anales del Medioevo se caracterizan por ser un listado de años en el que se refieren aquellos sucesos que de algún modo u otro marcaron a la sociedad en cierto momento; es decir, son solamente crónicas, en las que únicamente aquellos elementos que los historiadores de la época consideraron importantes están presentes. No hay narración en este tipo de práctica. No hay tropo alguno que enlace un elemento con otro, o que le dé un sentido de carácter útil a los datos.
Es sólo cuando se rompe el paradigma de la historia como maestra de vida, que surge la necesidad de los nuevos historiadores de encontrar un sentido a los elementos referidos. Así aparece la narración, que es aquella que les da forma a los datos para integrar un discurso y no sólo presentar una aglomeración de datos.
“Cuando el historiador organiza los hechos como componentes de un espectáculo que tiene un inicio, un punto medio y un fin discernibles, la crónica se transforma en relato.”[2] Es el historiador quien tiene en sus manos la infinita posibilidad de dar un sentido a la crónica tramando su narración “como un relato de un tipo [...] determinado: novela, tragedia, sátira, épica o cualquier otro.”[3] El lector, conforme realiza su acción, va percatándose del giro que el autor ha decidido dar en su texto.
En el momento en que el historiador resuelve crear un discurso en torno a ciertos datos, comienza a crear una realidad correspondiente a la información que maneja y a la vez, “hacerlos en cierto modo disponibles para las técnicas de explicación e interpretación elegidas [...] para su explicación.”[4] En este proceso debe ser capaz de recrear la realidad que desea por medio de un lenguaje figurativo. De esta manera, el autor trama los hechos de modo que en su narrativa refleja su ideología, así como su contexto.
La consistencia lógica, es decir los elementos de investigación –por así llamarles-, que el historiador acumula para realizar su discurso, adquieren su narratividad en el momento en el cual el autor da consistencia al texto: Define qué estilo utilizará, qué ideología lo guiará, de qué manera presentará sus argumentos.
Este proceso, inconsciente, determina la lingüística que caracterizará el discurso. “Cualquier representación histórica de la realidad debe, creo, tratar de explicar los acontecimientos históricos representándolos como si tuvieran la forma y la sustancia de un proceso narrativo.”[5]
Como he mencionado antes, la narratividad del autor designará el giro del relato. No se trata simplemente una representación de hechos sucedidos en determinado tiempo, sino una serie de revelaciones que el historiador presenta a través de su propio metalenguaje, con los elementos de la teoría de los tropos.
La representación de los acontecimientos históricos trae consigo una relatividad de lo narrado. En otras líneas de la teoría de la historia, la narratividad es la contención de sucesos históricos escritos de cierta forma correspondiente a la contemporaneidad del autor. Para White, “Los relatos [...] son entidades lingüísticas y pertenecen al orden del discurso.”[6] No son solamente narraciones que van a describir elementos fácticos, es decir, acontecimientos históricos, sino que también constan de un enfoque retórico. Es por eso que el autor da mayor importancia a la forma que al contenido. Para él, lo que tiene más valor en su postura son los elementos tropológicos, con los cuales se crea el texto, independientemente de aquello que quiere tratar en el discurso.
Retomemos, pues, el tema de la veracidad en el texto. Nos encontramos aquí con una problemática pues si las narraciones históricas son sólo estructuras del lenguaje, entonces ¿podría la historia ser solamente literatura? El mismo White nos propone una respuesta para dicho problema:
“Sólo si uno iguala el escrito literario con la mentira o la falsificación y niega a la literatura cualquier interés en representar la realidad de un modo realista…”
Y añade: “…Esto nos permite equiparar la historia con la ciencia moderna, en tanto se ha dicho que esta última está menos interesada en determinar la verdad acerca del mundo que en determinar su ‘realidad’.[7]

Hayden White nos dice, entonces, que el reflejo de la propia realidad del autor plasmado en la narración es más importante o tiene mayor carácter de validez ante el intento de veracidad que algunos autores pretenden. Esto se debe a que ningún historiador tendrá jamás los elementos necesarios para describir lo que verdaderamente pasó. En principio, debido a la atemporalidad que separa al hecho del historiador, y en segundo lugar, porque la observación del hecho depende del punto en el cual el autor esté parado.
Sonia Corcuera nos aclara esto de un modo sencillo: “A pesar de los esfuerzos hechos al escribir para revivir un momento de la historia y poseerla, el historiador sabe que esa historia nunca se le entrega totalmente”.[8] Por lo tanto, no hay un elemento propiamente auténtico de validez en los relatos históricos; no obstante, esto no le resta autenticidad a la narrativa histórica, pues trata de “explicar los acontecimientos históricos representándolos como si tuvieran la forma y la sustancia de un proceso narrativo”.[9]
Hemos llegado al punto de la explicación y la interpretación que derivan del discurso. La explicación es el objetivo de todo historiador moderno en su narración. No debe pretender representar tal cual la realidad siendo objetivo, debido a que no podrá separase de sus a prioris, que lo determinan. Por el contrario, cuando se realiza la explicación de un suceso histórico o de determinada época, se puede hacer de diferentes maneras argumentativas, sin que esto signifique que uno sea más verdadero o válido que otro. Son simplemente modos distintos de argumentar, explicar, tramar y reflejar una ideología. Todo depende de la selección que hace el historiador de los hechos que va a narrar, pues es posible que personalmente considere algunos más relevantes que otros, “y esta consideración nos permite preguntarnos qué tipo de noción de la realidad autoriza la construcción de una descripción narrativa de la realidad”[10]
Con base en las consideraciones aquí expuestas, puedo concluir que White antepone las estructuras del lenguaje debido a que para él son éstas las que autentifican el discurso realizado. No hay un grado como tal de veracidad que valide al texto, no hay narrativas falsas, sino narrativas mal relatadas.
Por ello, es la narratividad del autor aquella que le da el enfoque que el historiador nos ofrece como reflejo del momento contemporáneo, más allá de la validez del texto.

Bibliografía.
White, Hayden. El texto histórico como artefacto literario, Barcelona, Paidós /ICE /UAB, 2003, 252 pp.
Corcuera de Mancera, Sonia. “Tiempo, historia y relato: Paul Ricoeur. La historia como expresión literaria: Hayden White” en Voces y silencios en la historia. Siglos XIX y XX, México, FCE, 1997, pp. 349- 388.
White, Hayden. “El valor de la narrativa en la representación de la realidad” en El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación histórica, Barcelona, Paidós, 1992, pp. 17-42.

[1] Sonia Corcuera de Mancera, Voces y silencios en la historia. Siglos XIX y XX, México, FCE, 1997, p. 361.
[2] Ibídem, p. 363.
[3] Hayden White, El texto histórico como artefacto literario, Barcelona, Paidós /ICE /UAB, 2003, p. 116.
[4] Ibídem, p. 47.
[5] Ibídem, p. 48.
[6] Ibídem, p. 190.
[7] Ibídem, p. 54.
[8] Sonia Corcuera, Voces y silencios... op. cit., p. 376.
[9] Ibídem, p. 48.
[10] Hayden White, El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación histórica, Barcelona, Paidós, 1992, p. 25.

Ana Rocío Hernández Santes